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  • Neto Bran y Edwin Escobar: Los alcaldes del millón y medio de quetzales

    Neto Bran y Edwin Escobar: Los alcaldes del millón y medio de quetzales

    El alcalde de Mixco, Neto Bran, y el de Villa Nueva, Edwin Escobar, han encontrado en las dietas municipales su gallina con los huevos de oro. Mientras Ricardo Quiñónez, quien preside la alcaldía guatemalteca gana 1,200 quetzales por cada junta municipal, los dos anteriores le duplican o triplican el pago. Bran, cobra tres mil quetzales por cada sesión, y Escobar cuatro mil. Este último es el que más gana por dietas entre los 17 municipios del departamento de Guatemala.

    Neto Bran Montenegro y Edwin Felipe Escobar Hill encabezan la lista de los alcaldes mejor pagados, en cuanto a dietas se refiere, de los 17 municipios del departamento de Guatemala.

    Escobar es el alcalde que mejor gana por sesión, con un total de cuatro mil quetzales por cada una. Durante dos años y siete meses (de enero de 2016 a agosto de 2018) el alcalde villanovano cobró un millón 560 mil quetzales en concepto de dietas. Si se le suma esa cantidad a los  30 mil quetzales de su salario, este alcalde gana en promedio cerca de 80 mil quetzales al mes, lo equivalente a 27 sueldos mínimos.

    La dieta es la cantidad de dinero que paga la alcaldía a cada miembro del concejo municipal, incluido el alcalde. Las reuniones del concejo son ordinarias y extraordinarias. Según el Código Municipal, las primeras son fijas y por lo menos debe realizarse una cada semana. Las segundas son convocadas por cualquier concejal o alcalde. Según el artículo 38, las sesiones son públicas, es decir, cualquier ciudadano puede asistir a ellas, aunque no puede participar. La ley faculta a los miembros del concejo a establecer el monto de dietas por cada reunión, lo que explica la alta remuneración que cobran.

    A Edwin Escobar, quien el jueves 17 de enero fue proclamado como candidato presidencial por el partido Prosperidad Ciudadana para las elecciones generales de junio próximo, recibir un pago tan alto no le parece mal. De hecho, lo justifica como una forma para evitar la corrupción. “Todo funcionario público debe ser bien remunerado, siempre y cuando haga las cosas honradamente y en ley. Porque si usted quiere poner una dieta de un quetzal en Villa Nueva lo que va a generar es corrupción”, cuenta. En su defensa dice que él propuso una dieta similar a la establecida por la Municipalidad de Guatemala, pero, asegura, fue la oposición, quien prefirió una más alta.

    Según la información brindada por la municipalidad, las sesiones del concejo duran alrededor de dos horas. Es decir que el alcalde Escobar y sus concejales reciben aproximadamente 33 quetzales por minuto. Es quizás por esto que los horarios y días en que se reúne el concejo de la municipalidad de Villa Nueva son uno de los secretos mejores guardados. 

    Plaza Pública intentó asistir en dos ocasiones a estas sesiones, sin embargo, obtener una fecha y hora resulta una tarea titánica. Esto a pesar de que el Código Municipal establece que las sesiones ordinarias se deben realizan siempre el mismo día a la misma hora.

    Sandra Sebastián

    Sobre la visita, en la primera ocasión, el vocero municipal, Ender Casasola, aseguró que la reunión sería el 1 de noviembre, el cual era un día feriado. Pero ese mismo día decidieron cancelarla. Casasola sugirió contactarse con Ana Fresse, quien está a cargo del departamento de comunicación. Ella aseguró que el lunes 5 de noviembre a las ocho de la mañana habría una reunión del concejo. Al llegar ese día, ni Fresse ni los concejales, mucho menos el alcalde estaban presentes. La encargada de comunicación, a través de una llamada, aseguró que nadie le había comunicado que se había cancelado la sesión.

    Fresse sugirió hablar con Ricardo Córdova, secretario del concejo, pero este no respondió. Le esperamos en la municipalidad para poder cuestionarlo pero después de 15 minutos de espera, bajó a la planta principal apresurado y salió de la municipalidad sin dar declaraciones.

    Durante toda esa semana estuvimos pendientes para asistir a una reunión, pero no hubo ninguna, a pesar de que la ley señala que se debe realizar obligatoriamente una reunión cada siete días. Esto es atípico para un concejo que durante dos años y siete meses cobró dietas de 390 reuniones. Es decir, en promedio tres veces por semana.

    Al consultarle sobre ello, Escobar se mostró molesto y explicó que durante esas fechas estuvo de vacaciones. Añadió que su municipio se caracteriza por la transparencia en esos temas, pero al exponerle las dificultades que puede pasar un vecino promedio para obtener una fecha y una hora para asistir a una reunión, invitó a Plaza Pública a la reunión del siguiente día que comenzaba a las 5:45 de la mañana.

    El día martes por la mañana asistimos a la reunión que comenzó media hora más tarde. En un cuarto reducido estaban sentados los 15 miembros del concejo y el secretario. Todo quedó grabado en vídeo, para que, según Escobar, cualquier persona pueda acceder a ella a través de información pública.

    Durante los 90 minutos que duró la sesión, con poca discusión de los participantes (algunos de ellos prestaban mayor atención a sus celulares que a la sesión) se trataron temas como multas, donaciones y delimitación territorial. Cada uno cobró 44 quetzales por minuto.

    Escobar preside Villa Nueva desde el 2012. Es también el presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades.

    Sandra Sebastián

    Neto Bran y el concejo que más sesiona

    Durante dos años y siete meses (de enero de 2016 a agosto de 2018) Neto Bran, alcalde de Mixco, ha cobrado un millón 752 mil quetzales solo en dietas de las sesiones del concejo municipal. A pesar de no ser el que más cobra por dietas en el departamento de Guatemala, sí es el que más dinero ha recibido , superando al alcalde de Villa Nueva. Durante ese período Bran ha asistido a 599 sesiones del concejo; 209 reuniones más que Escobar.

    Plaza Pública asistió a una de estas sesiones en la Municipalidad de Mixco, donde las reuniones ordinarias suelen realizarse los lunes y miércoles, a las 17:30. En esta ocasión asistimos a la del miércoles siete de noviembre, después de insistir por semana y media al departamento de comunicación para conseguir una fecha.

    La sesión inició a las 17:51. De las 15 sillas que rodeaban una gran mesa de madera, 14 estaban ocupadas. De los 12 puntos de la agenda solo dos fueron objeto de discusión. El primero, una prórroga de una construcción, y el segundo, una exoneración de arbitrios y multas, que fue denegada. Los demás puntos eran simplemente leídos y aprobados con gran rapidez y por unanimidad. Desde el primer punto hasta el onceavo, dos de los concejales nunca dejaron de hacer scroll en las pantallas de sus celulares, donde saltaban de Facebook a Whatsapp e Instagram.

    El último punto en la lista era el cierre de la sesión, en el cual Bran se detuvo a agradecer la presencia de Plaza Pública. La reunión concluyó a las 18:47. En los 56 minutos transcurridos, Neto Bran y sus concejales ganaron tres mil quetzales cada uno; 52,63 quetzales por minuto.

    Bran cobra en promedio 18 reuniones al mes, aproximadamente cinco veces a la semana. Plaza Pública intentó por una semana y media asistir a más de estas reuniones, pero solo hubo una en nueve días.

    Mynor Espinozo, vocero de la comuna, en principio aseguró que las sesiones del concejo se realizan tres veces por semana. Pero cuando se le indicó que según los datos obtenidos por medio de la oficina de información pública eran cinco en promedio, respondió que “sesionan mucho porque trabajan mucho”.

    El jefe edil no concedió las entrevistas solicitadas.

    En el mes de agosto, julio y diciembre de 2017 y 2018 Bran recibió 66 mil quetzales solamente en dietas, más su sueldo de 12 mil quetzales.

    Bran fue electo en 2015 por el partido Movimiento Reformador; en octubre del año pasado anunció que buscará la reelección con el partido Todos.

    La función de los concejos

    Enrique Godoy García-Granados, economista y exvicealcalde de la ciudad de Guatemala, explica que la función del concejo edil es el equivalente a un congreso, pero municipal, por ser la instancia donde se toman las decisiones más importantes para la alcaldía. Añade que el pago de dietas a los concejales es un incentivo para que  acudan a las sesiones, ya que no devengan salario mensual en la comuna. Por ello es que las sesiones se llevan fuera del horario laboral. Sin embargo, la cantidad de dinero cobrado por ambos alcaldes le parece a Godoy un exceso.

    Dentro de estas sesiones se pueden tratar desde temas de exoneración de multas o aprobación de venta de licor en algún puesto (en el caso de Mixco) hasta la aprobación de proyectos de construcción municipal.

    Miguel Castillo, especializado en temas municipales, al contrario de Godoy, cree que 77 mil quetzales no es un pago exagerado. Castillo asegura que las sesiones en una empresa privada tienen un sueldo similar. Pero, para Godoy no es lo mismo, pues en las empresas estas sesiones suelen ser solo una vez al mes. Castillo además añade que los concejales trabajan en las alcaldías auxiliares y son necesarias estas dietas como pago por ese trabajo.

    Godoy dice que es necesario que estas sesiones sean reguladas, pues tanto el sueldo como la cantidad de sesiones son a discreción de cada concejo. En en los últimos 15 años, asegura, en la Municipalidad de Guatemala no se han incrementado las dietas.

  • Las exigencias de los alcaldes

    Quieren más dinero sin control. No. En tanto no demuestren probidad y transparencia, las exigencias de Edwin Escobar y de sus alcaldes devienen ilegítimas.

    El lunes de la semana pasada, un grupo de alcaldes liderados por Edwin Escobar, alcalde de Villa Nueva y presidente de la Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM), irrumpió en una sesión de la Instancia de Jefes de Bloque del Congreso de la República para presionar por la aprobación de disposiciones legales que debilitarían controles de transparencia y les darían más recursos. Muchos de los jefes de bloque abandonaron la sala como una forma de rechazo a estas presiones.

    Lo que tanto les interesa a estos alcaldes y a su líder Edwin Escobar incluye:

    • La iniciativa de ley número de registro 5252, conocida por el pleno del Congreso el 28 de febrero de 2017. Propone modificar los destinos específicos del IVA Paz, de manera que, de los 12 puntos porcentuales de la tarifa actual del IVA, las municipalidades pasarían de recibir la recaudación equivalente a 1.5 puntos porcentuales al equivalente a 2 puntos porcentuales, es decir, un incremento de más del 33 %. Además, la mitad de ese incremento lo ejecutaría el Instituto de Fomento Municipal (Infom).
    • La iniciativa de ley número de registro 5263, conocida por el pleno del Congreso el 18 de abril de 2017. Propone corregir errores en la Ley del Presupuesto 2017, pero además suprimir algunos candados y controles de transparencia sobre los programas sociales, la ejecución de obras y, en especial, contratos vinculados a casos de corrupción como los de las empresas Odebrecht, Conasa, Sigma y otros del caso Cooptación del Estado.
    • La iniciativa de ley número de registro 5269, conocida por el pleno del Congreso el 2 de mayo de 2017. Debido a que el 28 de abril pasado venció el permiso temporal que el artículo 21 del decreto 46-2016 dio para realizar compras directas sin presentar oferta electrónica, los alcaldes y los diputados ponentes proponen reformar la Ley de Contrataciones del Estado para relajar los controles que en las últimas reformas se lograron aplicar a las modalidades de compra de baja cuantía y compra directa. Proponen suprimir obligaciones como publicar en Guatecompras y usar mecanismos electrónicos para la presentación de ofertas, opacidad descarada y evasión de los controles de transparencia aplicables a la cotización y a la licitación públicas.

    Es decir, en resumen, más dinero para gastar sin control y sin rendición de cuentas.

    Es verdad que los Gobiernos locales necesitan más recursos para inversiones sociales y de infraestructura, pero también resulta que las municipalidades y las gobernaciones departamentales lamentablemente se caracterizan por la opacidad y por múltiples actos de corrupción. Por ejemplo, numerosos informes del Procurador de los Derechos Humanos han evidenciado que las comunas y las gobernaciones departamentales son violadores sistemáticos de la Ley de Acceso a la Información Pública.

    ¿Es legítimo que Escobar y su grupo de alcaldes, personajes como Esduin Jerson Javier Javier, alias Tres Kiebres, o el mismo Álvaro Arzú tengan más dinero cuando de forma descarada y hasta desafiante menosprecian los controles y la rendición de cuentas a los que están obligados por ley?

    Mi respuesta ciudadana es no. Las iniciativas de ley mencionadas no deben ser aprobadas. Y para que el muy necesario incremento de recursos a los Gobiernos locales sea legítimo debe mediar un compromiso serio y verificable de que alcaldes y gobernadores se sometan a la ley, de respetar y cumplir las normas que les imponen controles y mecanismos de transparencia.

    De no presionar para que aprueben lo que se les da la gana. Si no, de balde la plaza y todo lo logrado en 2015.

  • Exigencia incoherente

    La información es importantísima para el ejercicio de la función pública. Todo funcionario debe denunciar cualquier espacio de opacidad, pues de lo contrario no podrá ejercer su cargo a cabalidad. El problema es denunciar la opacidad en otros cuando se tiene techo de cristal.

    Los medios de comunicación reportan que el alcalde de Villa Nueva, Edwin Escobar, hizo una solicitud a la Contraloría General de Cuentas para que realice una auditoría del plan de prestaciones del empleado municipal ante la falta de información de su funcionamiento. Escobar, quien recientemente asumió la presidencia de la Asociación Nacional de Alcaldes Municipales (ANAM), señala que no existe información acerca de cómo se integró la junta directiva de dicho plan. Además, se desconoce la forma como se manejaron los 319 millones de quetzales de dicho fondo.

    La denuncia no puede ser más que oportuna, pues el plan de prestaciones fue manejado anteriormente por Arnoldo Medrano, exalcalde de Chinautla, quien en la actualidad enfrenta un proceso penal precisamente por presuntos actos de corrupción. Políticamente, Escobar se puede llevar todos los aplausos e iniciar con buen pie la nueva administración de la ANAM. Pero además, en este ambiente de vigilancia ciudadana, el funcionario edil puede recibir mucho apoyo político.

    No cabe duda de que la acción de Escobar es importante y de que la Contraloría debe actuar de inmediato para aclarar el manejo de esos recursos que se han juntado gracias al esfuerzo de los mismos empleados municipales en todo el país.

    No obstante, en materia de transparencia, especialmente cuando se es un funcionario público, hay un principio fundamental: no se puede exigir aquello que no se puede dar. No se puede exigir cuentas cuando no se está en la capacidad de dar cuentas. Escobar está iniciando un proceso ante la Contraloría por la falta de información en una dependencia a la que él acaba de llegar, pero carece de solvencia moral para ello, pues en la misma página web de la Municipalidad de Villa Nueva, donde él está gobernando por un segundo período, existen espacios de opacidad.

    Acá la prueba. La Ley de Acceso a la Información Pública, en el artículo 10, inciso 4, señala la obligación de hacer pública, entre otras informaciones, aquella relativa a «número y nombre de funcionarios, servidores públicos, empleados y asesores que laboren en el sujeto obligado y todas sus dependencias, incluyendo salarios que corresponden a cada cargo, honorarios, dietas, bonos, viáticos o cualquier otra remuneración económica que perciban por cualquier concepto. Quedan exentos de esta obligación los sujetos obligados cuando se ponga en riesgo el sistema nacional de seguridad, la investigación criminal e inteligencia del Estado».

    Cuando se ingresa a dicho enlace (consultado el viernes 5 de febrero del presente año), únicamente se encuentra la lista de funcionarios, pero no así los salarios que reciben dichos colaboradores municipales. Razones puede haber muchas, justificaciones también, pero ninguna es válida. La más socorrida desde que apareció la ley es aquella que defienden quienes la adversan y gustan más de espacios de opacidad e impunidad al no cumplir con lo que esta garantiza: no se publican salarios por la seguridad de los trabajadores. No obstante, ese argumento no se sostiene y a todas luces es ilegal, pues viola el derecho a saber qué tiene la sociedad y qué está garantizado en dicha norma y en la Constitución Política.

    Si bien es importante que Escobar comience su administración en la ANAM liderando la transparencia, la publicidad y la rendición de cuentas y fue meritorio que solicitara la intervención del órgano contralor, sería bueno que primero empezara por hacer transparente su misma casa, la Municipalidad de Villa Nueva, pues de lo contrario las acciones que realice serán vistas como producto de la incoherencia y pueden desviar y mancillar sus evidentes ambiciones políticas. Como reza el refrán: no hay que escupir al cielo cuando se tiene techo de vidrio.

  • Un tigre en el chiquero

    Un tigre en el chiquero

    Busca su reelección como alcalde de Villa Nueva, el segundo municipio más grande de Guatemala. Este político, antes exitoso empresario, antes decano de Ingeniería de la Universidad Rafael Landívar, está convencido de su triunfo. Para alcanzar sus objetivos, Edwin Escobar no ha tenido miramientos en buscar siempre aliados con poder, y en negociar con los principales partidos las cuotas que busca. Califica a la política como un “chiquero” y al dinero de campaña de Manuel Baldizón como no “decente”, pero argumenta que LIDER es el mejor vehículo para su carrera en ascenso. Él se ve a sí mismo como un tigre, dispuesto a todo: ¿La presidencia? Solo si Dios se lo pide.

    El 19 de marzo de 2015, Edwin Felipe Escobar Hill se reunió para almorzar con Henry Cohen y Ricardo Ortiz, miembros de Compromiso Renovación y Orden (CREO), el partido con el que fue electo alcalde de Villa nueva en 2011. Consciente del peso de sus votos y de que a falta de contrincantes es muy posible su reelección, Escobar pidió a CREO nombrar a uno de los suyos, Félix Hernández Gálvez, como candidato a diputado y a Salvador Gándara, quien ya se perfilaba como candidato a alcalde, también como diputado. Se quitaría así a sus dos principales contrincantes en la contienda municipal anterior. Los comensales le dijeron que le darían respuesta al día siguiente a las 10 de la mañana.

    En la madrugada del día siguiente, Escobar, un político amateur en el juego partidista pero con larga trayectoria empresarial, trató de cubrir sus espaldas y diversificar el mercado. Se citó a las 7.30 horas con el entonces candidato presidencial del Partido Patriota (PP), Alejandro Sinibaldi, en un hangar del aeropuerto donde el exministro de Comunicaciones guarda su helicóptero. Le ofreció que si formaba su propio partido y se separaba del PP lo acompañaría en la campaña. Sinibaldi le dijo que él seguiría en el Patriota.

    Por la tarde, después de recibir la negativa de CREO, se sentó a negociar con el candidato presidencial del partido Libertad Democrática Renovada (Lider), Manuel Baldizón, y con su hermano, el diputado y operador político Salvador Baldizón. Les exigió tres diputados: Félix Hernández y José Pablo Ramazzini Salguero, por el listado distrital, e Ingrid Bran Cuellar, por Alta Verapaz. Pidió también injerencia en la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán (AMSA), en la Unidad de Vivienda Popular (UDEVIPO), y en la Mancomunidad Gran Ciudad de Sur. Además, la designación de Q150 millones en obras para su Municipalidad y la construcción del metro que viene soñando desde que tomó posesión. Manuel Baldizón aceptó. Y esa misma tarde,  el 20 de marzo, Escobar hizo pública su adhesión a Lider.

    ***

    En el segundo nivel de la municipalidad de Villa Nueva, en la oficina de Edwin Escobar, encima del escritorio que dice que nunca usa, hay dos figuras decorativas: una es del Real Madrid, y la otra del Barcelona. Preguntado sobre esa ambivalencia, explica que él es del Real, pero le gusta cómo juega Messi. Así es su política. Desde que empezó con CREO en 2011, este empresario de 46 años ha utilizado los partidos como un vehículo, un instrumento para lograr sus fines. Así, poco después de que el PP ganara las elecciones de 2011 pasó a darles su apoyo y ahora busca su reelección con Lider, sin negar que si llegara a ganar la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) o el Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) negociaría con ellos.

    Pero Edwin Escobar es más que ese negociador: Personas cercanas a él no dudan en calificarlo como un visionario, alguien que durante su vida se ha ido trazando retos, cada vez más altos. Quien va resolviendo los problemas que se le plantean y cuya ambición de poder va en ascenso. A lo largo de su vida se ha acercado, estrechado lazos, con quienes podrían ayudarlo a alcanzar sus objetivos: La familia Paiz en la década de sus 20, el exrector de la Universidad Rafael Landívar, Gonzalo de Villa, en sus 30, el alcalde capitalino Álvaro Arzú, la embajada de Estados Unidos durante su alcaldía.

    Después de un intento frustrado de su actual esposa y exsecretaria, Ginna López, de cepillarle el cabello para las fotos, Escobar acude a su Ipod y ambienta la oficina. Escoge la banda sonora de Bailando con Lobos.

    Para romper el hielo se le pregunta por el material de una calcomanía blanca que ocupa toda una pared de la oficina y Escobar empieza a trazar su firma. Comienza con un dibujo ondulado que sube y baja, mientras va contando la historia que la inspiró. Suenan, de fondo, las cuerdas y metales:

    —Nacemos, crecemos, queremos conquistar el mundo, lo llegamos a conquistar, caemos en el dilema de todo héroe, que tiene que volver a nacer otra vez, que se levanta como mucho esfuerzo y sacrificio. Este es un hombrecito, alcanzando sus sueños hasta que alcanza su plenitud.

    El precoz empresario, el esposo de Paiz

    Edwin Escobar nació en la ciudad capital de Guatemala, el 19 de julio de 1969*. Es el hijo mayor de Luis Felipe Escobar Colindres, empresario y agricultor, presidente del Instituto Nacional de Tecnificación Agraria (INTA) durante el gobierno de Romeo Lucas García, quien trabajó el proyecto de colonización de la Franja Transversal del Norte. Su madre es la estadounidense Sarah Hill Stresse, quien llegó a Guatemala en 1967 con los Cuerpos de Paz a trabajar en la Costa Sur del país.

    Pasó su infancia en la granja San Felipe, 12 manzanas cerca de la colonia Enriqueta, en Villa Nueva, donde la familia de sus abuelos es propietaria de gran cantidad de terrenos. Escobar, quien se enorgullece de ser heredero de los fundadores de Villa Nueva y de San Miguel Petapa, creció en un ambiente de clase media-alta.

    Estudió en el Valle Verde y se graduó en el colegio Americano. Con 16 años, aún en el colegio, fundó su primera empresa, una compañía de venta de block llamada Los Picapiedra, junto a sus tres hermanos menores, Erick, Deborah y Sarah. En 1988 inició estudios de ingeniería industrial en la Universidad Rafael Landívar. “Entonces yo construyo una vida como cualquier joven, buscando el éxito”, explica.

    Herberh Smith Brolo, quien estudió con él ingeniería, y más tarde le acompañó como vicedecano cuando Escobar dirigió la facultad, recuerda que durante sus años en universidad se desplazaba en un “carrito normal” y vendía chumpas, gorras y playeras a sus compañeros –“siempre fui achimero”, dice Escobar de sí mismo–. Por aquel entonces, el alcalde no hablaba de política ni de ideologías, pero sí tenía claro que  quería ser empresario. En 1985 se asoció con Rodolfo Paiz Toledo en un negocio de venta de ropa, Distribuidoras Especiales S.A, y así conoció a su hermana, Lucía.

    —Ella estudiaba en Estados Unidos, había ido a Francia, y cuando regresó vino a estudiar a la Marroquín. El hermano dice: “Mira, con este chavo yo vendía ropa”, y ahí empezamos una empresa. Y, ahí, empezó Edwin Escobar con Lucía, Lucía Paiz, nieta de Carlos Paiz, de almacenes Paiz. Y ahí empezó nuestra historia. —cuenta, como si estuviera dictando su autobiografía.

    Edwin Escobar se casó con Lucía Paiz en diciembre de 1992, un matrimonio que duró 18 años y del que tuvieron tres hijos: Daniel, Deborah y Luisa. Un matrimonio que le abrió las puertas al selecto círculo de la clase alta guatemalteca. Escobar comenzó a moverse en la alta sociedad y a conocer a futuros socios con quienes lograría un vertiginoso ascenso en su carrera empresarial.

    La constructora NABLA: millonario antes de los 30

    Poco después de su matrimonio, en 1992, Escobar fundó la constructora NABLA, una de las empresas más exitosas de su carrera. A través de alianzas estratégicas con la familia Paiz, esta edificó prácticamente todos los supermercados Paiz, los Hiperpaiz, todas las Despensas Familiares, Pricesmart, los centros turísticos Decameron, y más tarde los Wal-Mart. En pocos años ya tenía beneficios de 12 millones de dólares anuales y actualmente tiene miles de empleados y oficinas en toda Centroamérica.

    A los pocos meses de fundar esta constructora, Escobar y Lucía se fueron juntos a Illinois, Estados Unidos, a estudiar una maestría en administración de negocios por la escuela Kellogg, de la Universidad de Northwestern. Regresó a los 25 años, con una empresa que daba millones de dólares anuales, casado con una Paiz y a punto de tener su primer hijo.

    En 1992, también asociándose con su familia política y la familia Castillo, otra de las más poderosas de Guatemala, compró la franquicia de comida rápida Jimmy John’ s, y en 1993 Kelly Cajun Grill, que operaría un total de 12 restaurantes. La incursión en negocios seguía en subida. Según información de Registro Mercantil, desde 1988 hasta 2011 Edwin Escobar aparece en los cargos de presidente, gerente, gerente general, propietario o administrador en 27 empresas, principalmente de construcción, alimentación o inmobiliarias.

    Su vida transcurría entre su casa de la zona 10, su casa de Miami, Florida —a donde su esposa se iba a dar a luz a sus hijos—, su casa del lago Amatitlán, su casa de en Santa Catarina Pinula y los viajes por el mundo. En 1996, además, fue nombrado director de Juannio, puesto que desempeñó hasta 2004. Todo iba en un ascenso ininterrumpido hasta que en 1997, con 27 años, sucedió su primera crisis, derivada de un bache económico: una deuda de Q15 millones que estuvo a punto de llevar a la quiebra a las franquicias Jimmy John’s y Kelly Cajun Grill.

    —Debíamos un montón de dinero en el banco. Regresé de viaje de Chicago y tuvimos una junta directiva esa tarde. Billy (Guillermo) Matta Castillo, que es de la Pepsi y era mi socio en Cajun Grill, mis socios de NABLA, que estaban en eso también, y algunos de los Paiz. Nos dimos una agarrada tremenda. Llegué a mi casa y me puse a llorar a moco tendido. No había quebrado, porque teníamos pisto. Pero estaba siendo atacado por un fracaso que no lográbamos resolver. Y, te juro que yo hubiera pensado en quitarme la vida ese día. Porque yo era infeliz, totalmente infeliz. Me estaba pudriendo.

    Esa crisis existencial, según el candidato a alcalde, duró siete años, en los que cuenta que se leyó más de 4 mil libros de liderazgo, emprendedurismo, religión. Recuerda títulos como The Power Of Now, Del mito al sueño, Las mil caras de Joshep Campbell. En todo caso, y en base a la información el Registro Mercantil, mientras esta crisis existencial le carcomía las entrañas, Edwin Escobar siguió haciendo dinero. En 1998 recapitalizaron el negocio de comida rápida, le inyectaron dos millones y medio de dólares y abrieron Papa John’s.

    En 1998 también incursionó en el negocio de las inmobiliarias —figura como gerente de Jardines Residenciales S.A., Santiago de los Caballeros S.A. En 1999 de Servicios de Maquinaria y Equipos de Construcción S.A y en 2000 como administrador  de las inmobiliarias LEDOIR y Residenciales del Río (OIRLED), y en 2001 como presidente de Supervisión de Activos—.

    En paralelo, NABLA comenzó a operar como contratista del Estado. Fue durante el gobierno de Álvaro Arzú (1996-2000), con las obras posteriores al huracán Mitch, una relación comercial que siguió más tarde también con la construcción de las paradas del Transmetro a través de las empresas Metal Mecánica y Moticsa S.A. Resulta casi imposible cuantificar cuánto dinero facturó Escobar durante el gobierno de Arzú o en la municipalidad de la capital: en esos años aún no se echaba a andar el sistema de registro de gastos y contrataciones Guatecompras y los fideicomisos de la Municipalidad hacen imposible su auditoría.

    El decano y sus revelaciones

    Cuando aquel muchacho de cabellos castaños y ojos azules tenía 31 años, el jesuita Gonzalo de Villa y Vásquez, entonces rector de la Universidad Rafael Landívar y de quien ya era asesor, le pidió que asumiera como decano de la Facultad de Ingeniería. Escobar cuenta que fue la primera vez que tuvo una revelación. Sucedió mientras rezaba el rosario. Una fuerza superior le encomiaba a aceptar el puesto. Acudió donde el rector y accedió a ocupar la plaza. El jesuita le dijo que percibía que su decisión era impulsiva y le pidió que lo reflexionara mejor, advirtiéndole que si aceptaba no se podía echar para atrás.

    Pero Escobar lo había visto claro y aceptó. No imaginaba, ni de lejos, la catástrofe que llegaría unos días más tarde. El 10 de septiembre de 2002, regresando de un Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE) en El Salvador, murieron en un accidente de avioneta Enrique Novella, Rodrigo Toriello, Sergio Paiz Andrade y Rodrigo Andrade Falla, este último su socio y gerente de los negocios de comida rápida. Pero Escobar ya estaba comprometido con la Landívar. La decisión fue vender Kelly Kajun Grill y cerrar tanto Jimmy John’s como Papa Jonh’s.

    «Yo no tengo el dinero que tienen Manuel Baldizón ni Alejandro, ¿por qué? Porque mi dinero es decente. Yo no tengo mil millones como Manuel Baldizón o Alejandro para financiar una campaña presidencial», dice Escobar.

    Su nuevo reto como decano lo empezó de forma un tanto novelesca, haciéndose pasar por estudiante para enterarse del desempeño del cuerpo docente. Durante dos meses, según cuenta Herberth Brolo, se ponía una gorra y unos lentes oscuros y decía que estudiaba ingeniería. Por las noches, en su casa, Escobar introducía en tablas de Excel la información recopilada. Llegó a rellenar información de 400 estudiantes. Al mismo tiempo comenzó a formar al equipo que le apoyaría.

    “Empezó a acercarse a las personas que conocía, a sondearnos sobre nuestras aspiraciones, ver quién estaba dispuesto a hacer cambios. Trabajábamos todo el día, también los fines de semana”, explica Brolo Smith, quien recuerda que fue este equipo el que introdujo el sistema de acreditaciones internacional y el que remodeló las carreras universitarias.

    La ambición de quien llevaba años pensando en grande se materializó cuando Edwin Escobar propuso la construcción de un nuevo edificio de laboratorios para la facultad de Ingeniería: el TEC Landívar, un proyecto de US10 millones.

    —Se construyó con préstamos y metió a la Landívar en complicaciones financieras. Una operación riesgosa. Fue una idea que supo vender muy bien y que convenció a Gonzalo De Villa y a Hugo Beteta, entonces vicerrector —recuerda Renzo Rosal, analista político y en aquel momento secretario de la URL.

    La salida de Gonzalo de Villa para ser consagrado obispo y la llegada de Guillermina Herrera hicieron que pasado un año renunciara de su puesto de decano. Escobar lo cuenta, nuevamente, a través de una revelación divina, narrada al más mínimo detalle.

    —Una tarde me subí a la losa del TEC Landívar, que estábamos terminando de construir. Se veían los dos volcanes del sur: el volcán de Agua y el volcán de Pacaya. El atardecer era naranja y morado. Era 4 de febrero de 2005, seis de la tarde, se escondía el sol. Yo tenía mucha actitud en mi corazón y volví a hacer lo que hice cuando estaba rezando el rosario: le pregunté a Dios qué quería de mí. Dios me dijo que mi vocación era el liderazgo, que lo que estaba haciendo en la Landívar era bueno pero que tenía que hacerlo en un ámbito más grande. Entendí que tenía que ser públicamente electo, no podía ser nombrado a dedo.

    La entrada en la política

    Durante los siguientes cinco años, el alcalde estuvo dando vueltas a la idea de cómo entrar en la política.

    —¿Soy presidente, soy diputado o soy alcalde?, que son los tres puestos popularmente electos. Yo ya había sido directivo, en la Cámara de la Construcción, en la U, en el Neurológico. Puestos que son, bah. Pero esto es otro rollo, aquí es convencer a mucha gente. 

    Entre tanto, en todo caso, siguió creando empresas e iniciando negocios. En 2005 fundó la constructora MOTICSA, que desde 2006 a 2011 recibió Q314 millones del Estado, principalmente del Ministerio de Comunicaciones. Esta empresa le dio uno de los pocos titulares que se ha llevado sobre corrupción. Fue cuando se hizo público que había sobrevalorado las paradas de Transmetro. En una investigación de elPeriódico se menciona además que Arzú utilizó la figura de “donación onerosa” para entregar el contrato a la empresa Vista Centroamericana, también propiedad de Escobar. Otro negocio cuestionado fue la adjudicación por Q24.6 millones a Metal Mecánica, también suya, para construir las paradas del Transurbano.

    Moticsa y Metal Mecánica fueron cuestionadas por recibir fondos de la Asociación para el Desarrollo Social (ADES). De esta última constructora, según un reportaje de Plaza Púbica, también se dio a conocer que Mario Gustavo Orozco Juárez, su director ejecutivo, había recibido una comisión de Q744 mil por subcontratar a la Constructora Metal S.A para la construcción de paradas.

    A través de sus constructoras fue siendo consciente, según sus palabras, del terreno fangoso en el que se movía la política. “Fue muy mala experiencia. Con Arzú muy buena, Berger muy buena, pero el FRG muy mala y la de la UNE pésima. Un gobierno corrupto. Y ahí es donde me salgo de los negocios. Porque no se podía trabajar con ellos. Para pagarme lo que me debían pedían comisión. Entonces me salí y cierro los negocios”, explica. 

    La última duda sobre la probidad del alcalde y candidato la señaló un reportaje de ContraPoder en la que revela cómo la municipalidad de Villa Nueva realiza gastos de festejos (en este caso para una “gala magisterial) con fines electorales. Según la publicación la fiesta costó a la municipalidad Q220,925.

    Su primera incursión en partidos, fue en 2007, cuando apoyó la campaña política de Alejandro Giammattei, quien se postulaba como candidato presidencial con el partido Gran Alianza Nacional, una experiencia que tampoco le dejó buen sabor de boca. Un día, en 2008, estaba en Villa Canales, en su casa del lago de Amatitlán, se acababa de separar de su esposa Lucía:

    —Agarré un plano inmenso que tengo y empecé a rayar. Si yo fuera alcalde de Villa Canales, fue la pregunta ese día, ¿qué haría yo? A las tres de la tarde me paré y había rayado todo el sur de la capital, hasta la salida del Atlántico. Aquí metemos un tren en las vías, aquí un cable metro y… se me quedó chiquito ser alcalde de Villa Canales. Tal vez lo que quiere Dios de mí es que sea diputado distrital. Pero qué hueva ser diputado distrital. No, dije ¿para ser uno más del montón? En esas estaba cuando en 2009 empiezan las noticias de que (Salvador) Gándara tiene líos. Y digo yo: mi familia es fundadora de Villa Nueva, mi dirección postal toda mi vida fue de Villa Nueva, me crié en Villa Nueva…

    Edwin Escobar se trazó entonces el reto de ser alcalde de ese municipio. Empezó en 2010, utilizando el asentamiento Mario Alioto Sánchez López como escenario para sus primeros ensayos. Allí construyó una escuela de párvulos y comenzó a darse a conocer. Al mismo tiempo, inició en Canal Antigua el programa de televisión “Construyendo Guatemala con Edwin Escobar”. Un día escuchó a Francisco García, de la agencia de publicidad Wachalal, y fue a pedirle su apoyo para la campaña. En 2011, se alió con el partido CREO e hizo la campaña electoral que le permitió ganar las elecciones en 2011, en su primera postulación, con 38 mil votos. “Edwin Escobar la nueva cara de la confianza”.

    — ¿No le desmotivó saber cómo funcionaban las cosas?

    —¿Sabes qué pasa? No podías meter a una oveja en ese chiquero. Tenías que meter a un tigre, pues.

    El chiquero

    Escobar ya sabía lo que tendría delante: a la corrupción, las comisiones y los tráficos de favores. Lo vio desde su negociación con CREO para presentarse como candidato por este partido. El partido le pidió el primer, segundo y tercer concejal. “Yo cierro negocios con ustedes si en la mesa están (Eduardo) Suger, (Rodolfo) Neutze, (Óscar) Chinchilla”, recuerda Escobar. “Yo pongo el tercer concejal, el segundo es de ustedes. Y me pusieron un hijo de la gran puta que me ha extorsionado por cuatro años: Henry Cohen”, acusa Escobar.

    Al preguntarle a Henry Cohen sobre esta acusación indica que es falso que él haya extorsionado a Escobar de alguna manera, lo único que ha hecho durante su gestión ha sido fiscalizar, asegura. “Lo que puedo decir es que no me ofrece información comprobable, dónde está el dinero”, explica el delegado de CREO de Villa Nueva, en referencia al dinero de la Municipalidad. Se le pregunta, en broma, si Escobar aprendió esta opacidad de Arzú. “Él aprendió mejor que Arzú”, responde Cohen, ya en serio.

    El alcalde, de aspecto más deteriorado que la imagen que parece en los carteles y mupis, con más canas y más ojeras, está acalorado. Está sentado delante de una figura de la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de Villa Nueva. En esta parte de la entrevista ya no es más el joven visionario que habla con una emoción que llega a sacarle lágrimas de los ojos de los recuerdos de cuando su padre lo llevaba a la selva en Alta Verapaz, ni de su granja o las enseñanzas jesuitas de la Landívar.

    La política le enoja, lo exalta. Habla a una velocidad trepidante, alza el tono, da órdenes a sus subalternos –llámate a Ginna, tráeme El jarrón azul (el libro inspiracional que ha repartido por miles desde que era decano), llama a un motorista–. Y, definitivamente, no se contiene. Comienza a hablar de las solicitudes de antejuicio en su contra. Un total de 18 antejuicios interpuestos durante los últimos tres años, derivados de denuncias de concejales o diputados de oposición.

    —Los concejales de la UNE querían Q25 millones de presupuesto municipal para no meterme a demandas legales, yo les dije: “demándenme”. Si no he hecho nada malo, ¿por qué tengo tantas solicitudes de antejuicio? Porque les hice guerra —explica.

    —La primera (solicitud de antejuicio) me la quita (la inmunidad) la Sala Cuarta, porque el presidente de la Sala, Selvin Flores, era hermano del diputado Jairo Flores, de la UNE. Jefe de los testaferros de él, Ever Calderón y Esteban Mollinedo, de la UNE, que eran mis concejales aquí. Vaya joyas las que tenía. Y me enteré, al año, que les costó Q150,000 quetzales quitarme el primer antejuicio. Si no es por el embajador de Estados no me quitan el primero también —para sacarse otro de los antejuicios, asegura, recibió el apoyo de Álvaro Arzú con el equipo de abogados del alcalde de la Capital, y le facilitaron contactos que lo guiarán en el proceso—. Por eso es que valoro mucho a Arzú. Cuando me ayuda con el primer antejuicio me dice: “esta no es una guerra entre el bien y el mal. Hay buenos y hay malos, hay gente correcta e incorrecta. Pero hay tantos correctos e incorrectos en los buenos como en los malos. No es un tema de é-ti-ca”.

    Ever Calderón, ex concejal de la comuna, indica que “no es cierto” que ellos le pidieran dinero para obras y agrega, aunque con algún titubeo de por medio, que no conoce al diputado Jairo Flores y que solo lo ve “en la televisión”. Preguntado por los Q150,000 que Edwin Escobar afirma que pagaron para que el magistrado Selvin Flores le quitara la inmunidad Calderón agrega: “que denuncie, porque es un gran bocón”. El ex concejal de Villa Nueva agrega que Escobar es de los alcaldes más corruptos de la historia, menciona la concesión por 25 años del alumbrado público, el cambio de una partida presupuestaria de Q10 millones de que iban dirigidos a una planta de tratamiento para remodelar la fachada de cuatro escuelas y la sobrevaloración de unos pasteles en marzo de 2012. También critica la idea del alcalde de crear empresas municipales.

    Sobre la concesión del alumbrado, Escobar explica “la muni perdía seis millones de quetzales al año, y hoy gana 12 millones, y fue una licitación pública internacional. Agrega que si en unos años este convenio ya no es rentable la municipalidad “puede declararlo lesivo y le quita la concesión”. En cuanto a la creación de empresas municipales -de agua, de salud- todavía en proceso, el alcalde se encuentra orgulloso de esta idea, a la que llama “publitización” y que proviene de conocer el metro de Medellin, Colombia, una empresa pública.

    La guerra campal en la concejalía de Villa Nueva siguió durante los siguientes tres años de su gestión. No le aprobaron el presupuesto de 2012 ni el de 2013. En marzo de 2014, detrás de lo que pareciera una estrategia premeditada, Escobar logró expulsar a Ever Calderón, Esteban Mollinedo y Antonio Ramazzinni. Estos fueron  denunciados por violencia contra la mujer por la concejal suplente Sharol Morales Chitay –quien hace poco asumió la responsabilidad de haber comprado Q40mil en hamburguesas para la vigilia de Lider frente a la Corte Suprema de Justicia para apoyar a Edgar Barquín-. La denuncia de la concejal logró que el Juzgado de Primera Instancia Penal de Villa Nueva decretara arresto domiciliario para los tres concejales, lo que les imposibilitó acudir a las sesiones del Concejo y así, acogiéndose al artículo 39 del Código Municipal, que autoriza al Concejo a declarar vacantes los puestos por ausencia injustificada, Escobar se sacó de encima a los hombres que le habían hecho casi imposible su gestión durante los tres años anteriores. “Esa sí fue una jugada magistral”, afirma Henry Cohen. 

    “Es que ella no tenía que estar haciendo nada ahí, si el TSE dice que ella no estaba facultada para poder tomar decisión”, responde Ever Calderón al ser preguntado sobre la denuncia por violencia machista hacia Sharon Morales. Su argucia era perjudicarnos porque nos estábamos oponiendo a los proyectos que tenían algo oscuro”, explica Calderón.

    «Él está en Lider porque necesita un vehículo electoral, sabe que necesita aliarse con el más fuerte para lograr su propósito, comenzar a moverse de mejor forma en el Congreso, porque su carrera es a largo aliento», dice el analista Renzo Rosal.

    Entre tanto, el alcalde de Villa Nueva había logrado crear la Mancomunidad Gran Ciudad de Sur, una coalición de seis municipalidades: Villa Nueva, Villa Canales, Mixco, San Miguel Petapa, Amatitlán y Santa Catarina Pinula, fundada en junio de 2012 que ha recibido hasta el momento dos préstamos, uno de US$1.2 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otro de US$40 millones del Banco Mundial, cuyos fondos están por aprobarse en el Congreso. “Mi criatura”, dice Escobar.

    Pero en la caminata por ese resbaladizo camino por el fango, entró en enemistad en agosto de 2013 con la vicepresidenta Roxana Baldetti, después de que ésta tratara de que la Gran Mancomunidad firmara un contrato por 25 años de la construcción y funcionamiento de un basurero con una empresa salvadoreña.

    —Me llamó un día a Casa Presidencial para que firmara una escritura donde yo, como presidente de la mancomunidad, le daba la concesión de 25 años a una empresa salvadoreña, así no más. Le dije al asistente que yo no iba a firmar. Y regresó con este papelito —muestra el papelito—,  entonces lo lee: “dice que no hay bolsa, que se quite la camiseta patriota y que inicia el proceso legal”. Le dije que hiciera lo que quisiera, que a mí no me iba a estar amenazando. A los 10 minutos estaba llamando Gudy Rivera: ‘Te metiste en unos líos, atenéte, te vamos a quitar todos los programas sociales, te vamos a meter preso’. No fue posible contactar con Gudy Rivera para que respondiera sobre este evento, y tampoco con Roxana Baldetti, que guarda prisión.

    Entre tanto, Escobar continuó con un plan de obras en Villa Nueva, que contemplaba puentes, tratamiento de agua, clínicas, centros comunitarios de salud, escuelas. Además, durante estos cuatro años fue creando Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES) de segundo nivel, una red comunitaria por todas las aldeas de Villa Nueva con líderes que trasladan las necesidades a la municipalidad. Organizando fiestas y eventos para los vecinos, capacitaciones a mujeres y actividades de esparcimiento: coro, marimba, parques, escuelas de futbol, karate, aeróbicos. Y desarrollando su plan de seguridad, la instalación de cámaras de seguridad, juntas comunitarias y una comisaría modelo.

    El plan de seguridad, implementado con apoyo de la Agencia de Cooperación de Estados Unidos (USAID), trajo en marzo de 2015 al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de visita a Villa Nueva. Aunque según Escobar, esto fue una pantalla.

    —Él viene por instrucciones de Obama a conocerme y a hablar conmigo hora y media. Lo que hicimos en el parque fue un show. La Alianza para la Prosperidad es un plan de US$1,000 millones para el Triángulo Norte. Es una estrategia geo-político-militar. Porque los chinos ya tienen capacidad nuclear, con un porta aviones que ahora van a pasar por el canal de San Juan de Nicaragua. Y nos va a traer beneficios. Porque para proteger el patio trasero tienen que fomentar el desarrollo de estos tres países. Trayendo inversión, poniendo orden, ley, por eso el apoyo de la embajada de Estados Unidos a la CICIG. Están diciendo: “aquí mandamos nosotros”.

    Su plan de seguridad finalmente no ha sido tan efectivo como esperaba e incluso le ha llevado a confrontarse con la Policía Nacional Civil (PNC) por las cifras de hechos delictivos que, según la PNC han incrementado y el municipio sigue presentando el mismo aspecto descuidado que antes de su alcaldía.

    El anterior alcalde de este municipio, Salvador Gándara, quien ocupó la comuna durante 12 años para después ser nombrado Ministro de Gobernación durante el gobierno de Álvaro Colom, asegura que Edwin Escobar ha sobrevalorado el precio de escuelas y clínicas. Lo acusa de utilizar a los trabajadores municipales para hacer campaña a su favor y haber pagado Q178,200 de fondos municipales al diario El Metropolitano para desacreditarle.

    Gándara no pudo presentar su candidatura a la alcaldía. Debido a la denuncia penal sobre negociaciones ilícitas con ONG´s dentro del caso de la remodelación de la cárcel Fraijanes II, la Contraloría General de Cuentas no le entregó constancia de ausencia de cargos, requisito indispensable para obtener la credencial de aspirante a un puesto electo, el famoso finiquito. Gándara, de hecho, asegura que fue Escobar quien negoció tanto con el partido Lider como con Gudy Rivera, jefe de bancada del Partido Patriota, para que se no se entregara su finiquito como requisito para aliarse a su partido para las elecciones. 

    Se le pregunta Gudy Rivera sobre esta negociación: “Dígale a Gándara que deje de fumar de esa que fuma”, responde el operador del Partido Patriota, actualmente también bajo investigación, acusado por el Ministerio Público y la CICIG de tráfico de influencias por ejercer presiones hacia la exmagistrada Claudia Escobar.

    Diputados afines en el Congreso, una estrategia de largo aliento

    Rodolfo Neutze, candidato a vicepresidente por el partido CREO, dice que Escobar también negoció con los partidos para no tener oposición en su candidatura a alcalde. Así, consiguió que Edgar Zamora Ruiz, quien llevaba cuatro legislaturas tratando de llegar a alcalde de Villa Nueva, y actualmente trabaja como director de Asuntos Públicos de la municipalidad de Villa Nueva, fuera nombrado  diputado por el partido Visión con Valores (VIVA).

     —A Zamora ya lo había metido al PLP (Partido Libertador Progresista, finalmente suspendido por el Tribunal Supremo Electoral), porque yo financie al PLP apoyando a Zury (Ríos). Por eso es que el equipo de Zamora va por el lado de VIVA. Les di libertad para que se fueran ahí —explica Edwin Escobar.  Otro de sus contrincantes a la alcaldía en la contienda anterior, Félix Hernández, quien en las elecciones pasadas se postulaba por el PP, es actualmente aliado de Escobar y candidato a diputado, en este caso por el partido Lider. Escobar reconoce que sus opositores en las elecciones de 2011 son sus hombres de confianza y afirma que su interés detrás de apoyar a otro partido es “empoderar a Villa Nueva”.

    «Edwin Escobar es de ese tipo de alcaldes que durante su gestión siente la necesidad de tener articuladores u operadores propios en el Congreso de la República que respondan a su agenda», explica el analista Renzo Rosal. «Logró incorporar en la planilla a una o dos piezas que él estaba dispuesto a financiar para que se convirtieran en diputados afines. Sabe que hay que poner los huevos en diferentes canastos. Él está en Lider porque necesita un vehículo electoral, sabe que necesita aliarse con el más fuerte para lograr su propósito, comenzar a moverse de mejor forma en el Congreso, porque su carrera es a largo aliento». 

    Escobar no tiene reparos en aceptar que quiere poder en el Congreso, ni que haya negociado los tres puestos de candidatos. Necesita, asegura, diputados que peleen por Villa Nueva. De paso, se le escapa más tarde, crear su partido.

    La presidencia: la diferencia entre dinero y poder

    —¿Busca la presidencia?

    —Solo si Dios me lo pide. Mucha gente me dice: «tendrías que ser Presidente». Pero todo mi rollo es ser servidor como líder. No es un tema de quiero más dinero. Si hubiera querido más dinero me hubiera quedado donde estaba. Mi vida no cambió, es más, bajó mi calidad de vida. En vez de tener una American Express Platino empecé a tener una Credomatic. Ya no gasto lo que me gastaba antes.

    Ginna López, su actual esposa, con quien tiene dos hijos, asiente ante estas declaraciones. Escobar ya no es el empresario acaudalado, casado con una Paiz. Esto lo confirma un jesuita quien asegura que la casa donde vive en Villa Nueva no  es ostentosa. Este jesuita lo califica como cándido, aquijotado, que no llega a tener los pies en la tierra. “Un iluminado, él lo vive así”.

    —¿Ha visto esta serie de House of Cards? —se le pregunta a Escobar retomando el tema de la aspiración a la Presidencia.

    —Me encanta. Pero él (protagonista) es malo, desde el primer episodio en que mata al chucho es malo.

    —En la serie se habla de la diferencia entre el dinero y el poder, el poder como los cimientos sólidos.

    —Yo solo quiero servir, para servir el poder es una herramienta. A Arzú, pregúntale que le gustaba más, ¿ser presidente o alcalde? Alcalde. Esto es vida. Es poder con la gente. ¿No te satisface porque ves en mí más adelante? Si Dios me lo pide, el pueblo me lo pide, y es el momento correcto, yo no tengo miedo a ser presidente de Guatemala. No tengo miedo.

    En busca del poder: las alianzas poco “decentes”

    Mientras tanto, tendrá que ir con el partido que le de las mejores condiciones. Es cuestionado sobre la corrupción de los partidos a los que ha apoyado. En concreto la de Alejandro Sinibaldi y su cobro de comisiones cuando era Ministro de Comunicaciones.

    — A mí Gonzalo de Villa me dice: ”cuando el pecado sirve a la virtud, bienvenido sea” (la idea completa, matiza otro jesuita, es que el pecado solo sirve para la virtud a través del arrepentimiento). El hacer amistad con Alejandro Sinibaldi como político era solo para favorecer mi gestión como alcalde, no tiene ningún beneficio personal para mí. Eso me sirvió para asfaltar la Villa Lobos, San José, Bárcenas, El Frutal. Mi protocolo político implica tener buenas relaciones. ¿Por qué me voy a pelear yo con Alejandro Sinibaldi?

    —Quizá no pelearse, pero ¿era necesario sacarse fotos con él y publicarlas en las redes sociales?

    —Eso cuando él era una opción política, Manuel Baldizón era otra y Sandra (Torres) era la tercera. Tenía que escoger entre lo malo y lo bueno. ¿Qué puedo hacer? Yo no soy dueño de un partido político. Cuando Alejandro Sinibaldi se lanza a candidato tengo que tomar decisiones y digo “bueno, te voy a apoyar”. Porque no quería apoyar a Manuel Baldizón ni quería apoyar a Sandra Torres.

    —Finalmente apoya a Manuel Baldizón.

    —Si me traes un partido que tenga ideología, escuela de formación, transcendencia y legado político hablamos, pero eso no hay. Yo no tengo el dinero que tienen Manuel Baldizón ni Alejandro. ¿Por qué? Porque mi dinero es decente. Yo no tengo mil millones como Manuel Baldizón o Alejandro para financiar una campaña presidencial.

    —Lider está cuestionado por corrupción, por juego sucio de poderes, Edgar Barquín, Chico Dólar… ¿Cree que le conviene esa alianza?

    —No creo que no haya un partido en Guatemala ahora que se salve de ser acusado de nada que sea mal visto por la sociedad.

    —¿Si no gana Baldizón y gana Jimmy o Sandra? 

    —Tendría que negociar con quien me toque, como me tocó con el Patriota. 

    — Le acusan de falta de lealtad…

    —Pero es que, mira, es ser práctico. Si gana Manuel Baldizón tengo Q400 millones para hacer el cable metro, tengo Q400 millones para AMSA, para hacer las plantas de tratamiento que tenemos que hacer. Me garantizo otros Q150 millones más en obras en el área sur, carreteras y todo lo demás que hay que hacer, terminar los hospitales, y lo que hace falta. 

    Edwin Escobar zanja los cuestionamientos acerca de su candidatura y su alianza con Manuel Baldizón —alianzas con el narco, financiamiento ilegal, constructoras— con las dos lecturas de la Biblia que le motivaron a pasarse del Partido Patriota a Lider. Una de ellas es la de Matatías. La otra la historia de Judith, hija de Merari, quien en plena guerra de Israel contra el ejército babilónico, descubrió que el general invasor, Holofernes, se había enamorado de ella.

    —Era muy bella –relata— y, obviamente, el comandante quiere acostarse con ella. Un día la invita y se embriaga. Cuando les dejan solos, ella le corta la cabeza, la envuelve en una de las alfombras persas, sube a la fortaleza con sus hermanos judíos, les da la cabeza del comandante del ejército y lo ponen en una estaca. Judith cambió la historia del pueblo judío solo desde adentro, pero tuvo que tener el valor tres o cuatro días de estar adentro para cambiar la historia. No te adelantes.

     

    Nota de edición: la publicación original situaba el lugar de nacimiento de Edwin Escobar en Villa Canales. Según el propio Escobar lo correcto es la ciudad de Guatemala.