«La virgen María, Marx y el huracán»

Autor: Luis Guillermo Velásquez piches1993@gmail.com

Es el nombre de un documental de 1962 que da una mirada occidental no extremista, pero sí anticomunista, a la década revolucionaria en Guatemala, bajo una concepción centrista de las medidas sociales y económicas que impulsaron los gobiernos de la Revolución de Octubre.

Pretende ser un punto medio entre el discurso de Washington y el Departamento de Estado y el de la Alemania no alineada al comunismo soviético. A pesar del intento de ser un análisis distinto al que predominaba en los dos polos de la guerra fría, resulta una reproducción de elementos clave que determinarían la definición de lo político en Guatemala y de su comprensión histórica.

Los cinco elementos que forman parte de la definición del quehacer político e influyen en la interpretación de los comportamientos políticos se basan en 1) una cultura política determinada por una conciencia anticomunista, 2) la iconografía utilizada para transmitir el mensaje, 3) los valores de la guerra fría, 4) el discurso cultural del anticomunismo y 5) la utilización de los medios de comunicación sofisticados y masivos como fuente de imposición cultural con intereses comerciales, y no como como un aparato ideológico del Estado.

La socialdemocracia europea de la guerra fría, dentro de su terror comunista, buscaba un cambio de mentalidad en las personas. Por eso hizo énfasis en las políticas de la revolución, que cambiaban pausada y escalonadamente el pensamiento colonial que imperaba antes de las jornadas de 1944 y de sus tres gobiernos. Expresaba así la alternativa política del momento, cuya composición se basaba en dos planteamientos: 1) estar en contra de toda aquella reforma que afectara los intereses de los países hegemónicos y 2) apoyar las medidas que significaran avances sociales, siempre y cuando no contradijeran los intereses de las potencias. Dichas medidas, de contradecirse, eran consideradas como medidas de carácter comunista.

El documental, fiel a su postura centrista de la guerra fría, hace una reflexión superficial pero importante sobre el futuro de Guatemala y sobre la batalla ideológica entre derechas e izquierdas, para lo cual afirma categóricamente: «Quien se gane a los jóvenes triunfará en el futuro». Por eso no es casualidad que los guatemaltecos de los sectores medios rechacen toda reforma social, ya que la ven como comunismo. La expansión del anticomunismo también se realizó a través del cine y de la producción artística, y no solo desde las operaciones de la central de inteligencia (CIA), de la propaganda anticomunista, de la quema de libros, del cambio del contenido de la enseñanza escolar y de la creación del comité de defensa contra el comunismo, entre otras medidas expoliadoras de un enemigo fabricado a la medida de los intereses hegemónicos.

El documental demuestra que existía un rechazo generalizado al terror rojo, que se catalogaba de comunista cualquier cosa desconocida y que hubo una operación sofisticada para crear en la población guatemalteca una conciencia anti (en este caso anticomunista). También expresa constantes dudas y un evidente cuestionamiento del rol de las fuerzas armadas dentro de la contrarrevolución y de la lucha contrainsurgente, que tampoco se aleja de la criminalización del comunismo. Los símbolos de la virgen María, Marx y el huracán formulan dudas. ¿Es el documental una representación europea del poder hegemónico buscando apropiarse de la memoria y difundirla desde su percepción? De ser así, sería una percepción que no sería ni intransigente ni radical, pero tampoco apegada a los hechos.

Las lagunas que presenta sobre las políticas de la revolución, especialmente sobre el carácter de la reforma agraria del gobierno de Árbenz, constituyen un intento de alejarse del patrón de la explicación de la realidad desde la lógica de seguridad nacional, ya que, en realidad, la década revolucionaria es en todo momento un proyecto reformista. Porque sus tres gobiernos se caracterizaron por implementar cambios graduales en sintonía con la edificación de un Estado moderno y capitalista. El documental mantiene el libreto anticomunista que rigió en el bloque capitalista, de modo que configura un factor predominante en la construcción de la postura centrista adoptada, la confusión respecto a lo que se debería estar juzgando. Se concentra en deliberar si las medidas de la revolución fueron reformistas o comunistas. Y, más que el carácter de las reformas, se debería estar juzgando si cooperaron o no al desarrollo del Estado guatemalteco. Por eso es un documental que muestra en todo momento un anticomunismo furibundo pero exitoso.

La virgen María, Marx y el huracán es un recuento de lo sucedido durante la Revolución y la Contrarrevolución desde los ojos del segmento capitalista moderado, una referencia bibliográfica que contribuye al afán de traspasar la dimensión política de la guerra fría y colocar lo cultural como lo determinante en la construcción final del discurso, cuyos efectos fueron trascendentales en la cultura política guatemalteca y en su sistema político, que tienen fuertes rasgos autoritarios, antidemocráticos y anticomunistas.

 


Luis Guillermo Velásquez Pérez (@Piches_) es secretario de Organización de la Asociación de Estudiantes de Ciencia Política y estudiante de Ciencia Política y Ciudades.

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