Deus ex machina significa ‘dios por medio de la máquina’. Tiene su origen en los antiguos teatros griego y romano, en los que una grúa (machina) o cualquier otro medio mecánico introducía, desde fuera del escenario, a un actor que interpretaba a una deidad (deus) para resolver una situación o dar un giro a la trama.
Según me contó Laura, mi hija menor, esta herramienta también se utiliza en el cine. «En el mal cine», agrega ella. Se trata, por ejemplo, de la llegada del héroe en el último momento, de la inesperada carga de caballería, del oportuno eclipse de sol o del error inesperado del villano que se lleva al traste su malévolo plan.
En la última película de Jurassic World se puede apreciar el deus ex machina en la batalla final entre el nuevo dinosaurio híbrido, Indominus rex, y la veterana Tyrannosaurus rex. Los dos dinosaurios luchan ferozmente, pero el Indominus va ganando la partida y todo apunta a que será el vencedor. De pronto, de la nada, salta del agua un Mosasaurus y se traga de un bocado al híbrido malvado. Eliminado el problema. Todo vuelve a su normalidad y felices para siempre. Un artificio inesperado resuelve el problema y salva la situación.
La realidad es más compleja de resolver, pero a veces se nos presenta un deus ex machina que de manera inesperada y oportuna cambia el rumbo de los acontecimientos. Por ejemplo, la semana pasada, Twitter prohibió los mensajes robotizados para impedir la manipulación con mensajes masivos enviados por robots. La red social suprimió los contenidos difundidos de forma automatizada y simultánea a través de varios perfiles. Con esto Twitter quiere asegurarse de que los que generen el contenido de esta red sean humanos, y no máquinas. En nuestro mundillo de Twitter Guatemala, esto significó que se eliminaran cuentas cuyos perfiles difundían mensajes o hashtags coordinados automáticamente y de manera simultánea. Este acontecimiento fue celebrado por muchos de nosotros porque significó una corrección en el uso de una red social para permitir la difusión de ideas entre seres humanos. Twitter fue el deus ex machina que salvó la situación.
Pasa en las películas. Pasa en la vida real.
Desafortunadamente, el deus ex machina, aunque sea anhelado, no se puede prever. Ahora mismo, con la situación actual que atraviesa el país, nos vendría bien un acontecimiento inesperado que le dé un giro a la situación. Guatemala vive un momento convulso. Las cárceles están abarrotadas, el sistema de justicia está colapsado, los escenarios futuros son poco promisorios. Urge hacer reformas y llegar a acuerdos que permitan airear el clima político y crear una válvula de escape. Sin embargo, la mayoría de estos acuerdos tienen que pasar por el Congreso de la República, un órgano que con sus acciones ha perdido toda credibilidad y toda legitimidad. En este contexto, la aplicación de la Ley Magnitsky a algunos diputados podría dar un giro a la situación, cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso y convertirse en el deus ex machina de esta película.
Asimismo, el arribo al país de la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, podría cambiar los acontecimientos. Algunos expertos piensan que ella viene a evaluar, de primera mano y con sus propios ojos, la situación de seguridad del país con el fin de tener una posición más clara respecto a la turbulencia política y a la necesidad de establecer alguna solución en el marco del Consejo de Seguridad. Su visita y las conclusiones que ella se lleve pueden repercutir en la política nacional y convertirse en un deus ex machina.
Como en el cine, nos tocará esperar el desenlace mientras nos comemos las uñas.