El Congreso designó ayer a tres miembros del Consejo del Ministerio Público.
El pasado mes de diciembre, durante la presentación del informe de labores de la entonces Fiscal Paz y Paz, en medio de los aplausos y felicitaciones al desempeño de la Fiscalía, el Presidente de la República realizó un llamado al Congreso para que procediera a la conformación del Consejo del Ministerio Público. Seis meses después, y con una nueva Fiscal en el cargo, la bancada del partido oficial atendió por fin ese llamado, dando término a una espera de cuatro años.
Julio Rivera Clavería, Edgar Lemus y Rony López fueron seleccionados con los votos favorables de 87 diputados –PP más algunas bancadas minoritarias. Casualmente, los tres nuevos miembros del Consejo se pronunciaron públicamente por el “no hubo” –genocidio– en un programa radial de entrevistas, cuando Thelma Aldana aún no había sido designada.
Hay que recordar que los tres nuevos integrantes del Consejo de MP fueron declarados personas de reconocida honorabilidad por la Comisión de Postulación. Las tachas en su contra –al igual que las presentadas en contra de todos los otros candidatos de ese proceso– fueron desestimadas sin mayor discusión. Sin embargo, se puede trazar una línea favorable al Ejecutivo y el sector privado en esta combinación de ex funcionarios públicos, fiscales de carrera y asesores de gremios empresariales, que en cierto caso, además gozan de la confianza de ”la” embajada.
El Consejo del MP tiene entre sus principales atribuciones proponer al Fiscal General el nombramiento de los fiscales y ratificar, modificar o dejar sin efecto las instrucciones generales o especiales dictadas por el Fiscal General. Está presidido por la Fiscal y conformado por tres representantes electos por la asamblea general de fiscales, y los tres representantes nombrados por el Congreso de la República, de entre los nominados por la Comisión de Postulación para que el Presidente de la República elija al Fiscal General. Dado que los tres representantes de la asamblea de fiscales fueron electos en el pasado febrero, con el nombramiento de ayer, el Consejo está completo, con una mayoría de miembros que provienen de la proceso de la Comisión de Postulación, y que sin duda, votarán en bloque.
Más allá de las naturales suspicacias de por qué ahora sí, y hace cuatro años no, la conformación del Consejo puede ser vista desde diversas ópticas. Entre ellas, el hecho de contar con un órgano que permita llevar adelante la depuración de los funcionarios corruptos dentro del MP – beneficio del cual nunca gozó la anterior Fiscal. También se puede interpretar la intención de un fortalecimiento institucional que goce del respaldo de un cuerpo colegiado que avale las transformaciones a las que se podría someter esta institución. Pero también envía el mensaje de una percibida cercanía con el poder Ejecutivo, que puede conspirar en el futuro contra la independencia del ente rector de la investigación penal. Y en este escenario, el costo puede ser muy alto para los avances conseguidos hasta ahora en la lucha contra la impunidad y en la credibilidad ciudadana. En éste como en otros casos, el tiempo dirá. Es muy temprano para juzgar el desempeño de la nueva Fiscal, pero hasta ahora las medidas y nombramientos realizados no hacen suponer que el apocalipsis esté cerca.