Pese a la frecuencia con la que ocurre, no debe normalizarse que un gobernante diga información falsa o engañosa.
Parece que los presidentes mentirosos y demagogos son un mal que se propaga por todo del mundo. A Donald Trump, Twitter le borró varios mensajes por engañosos. Recientemente, varias redes sociales borraron mensajes de Jair Bolsonaro por divulgar información falsa que vinculaba las vacunas contra el covid-19 con el sida. Quizá estos presidentes mentirosos y demagogos alientan a Alejandro Giammattei a comportarse de la misma forma.
Durante su «cuarta gira presidencial», Giammattei fanfarroneó diciendo que la ejecución presupuestaria de 2021 será del 95 %, lo que calificó de logro «histórico». Sin embargo, rápidamente se evidenció que el dato era confuso y se develó así una intención demagógica y populista.
De conformidad con la literal b del artículo 171 de la Constitución Política de la República, cuando el Congreso no aprueba el proyecto de presupuesto, entonces rige el presupuesto que estuvo vigente el año anterior. Debido a que el Congreso no aprobó los proyectos de presupuesto que el Ejecutivo propuso para 2020 y 2021, el que se está ejecutando en 2021 es el que se formuló en 2018 y se aprobó para 2019. Además, en 2020 el Congreso aprobó ampliaciones con el propósito de financiar la respuesta del Gobierno a la pandemia, las cuales elevaron el techo presupuestario a 107.5 millardos de quetzales, el cual está vigente en 2021.
Ahora bien, de ese techo presupuestario, 11.0 millardos se financiaron con bonos del tesoro autorizados de manera extraordinaria y exclusivamente para ser ejecutados en 2020. Por ello, desde el inicio del año las autoridades reconocieron que en el presupuesto existen asignaciones de gasto que carecen de una fuente de financiamiento o que no es posible ejecutar porque fueron aprobadas exclusivamente para 2020. Sin embargo, tanto el Ejecutivo como el Congreso se negaron reiteradamente a ajustar el presupuesto a la realidad operativa, que implicaba reducir el techo presupuestario de 107.5 millardos de quetzales a 94.0 millardos.
Este nuevo bulo presidencial solo ha resultado contraproducente. Porque, además de populista, demagógico y engañoso, lo que se hizo evidente es que nadie se lo creyó.
Con esto, las autoridades empezaron a hablar de dos presupuestos en 2021, de uno legal, con techo de 107.5 millardos, y de otro que, si no es el legal, ¿será ilegal?, y que ellos llamaron operativo, con techo de 94.0 millardos. Esta situación posiblemente es inconstitucional, ya que el artículo 237 de la carta magna ordena que el presupuesto debe ser uno. Pero además debería ser inaceptable que las autoridades hablen de dos presupuestos, de uno legal y de otro que no lo es.
En esta situación, por demás opaca y engañosa, cuando el presidente habla de que van a lograr una ejecución «histórica» del 95 %, ¿es respecto al techo legal de 107.5 millardos o al operativo ilegal de 94.0 millardos? Porque, suponiendo que lo que se prevé es que los recursos ejecutados alcancen 89.3 millardos, ese monto sería el 95 % del techo operativo ilegal de 94.0 millardos y el 83 % del techo legal de 107.5 millardos.
Lo peor es que este nuevo bulo presidencial solo ha resultado contraproducente. Porque, además de populista, demagógico y engañoso, lo que se hizo evidente es que nadie se lo creyó, por lo que terminó agravándose el rechazo ya generalizado hacia Giammattei. ¿Realmente esperaría él que decir eso le generaría algún grado de simpatía? ¿Esperaba debatir con un dato que no resiste ni el más benévolo examen técnico?
Lo que es claro es que Giammattei no entiende lo que dice y que lo que dice seguramente viene de su ejército de aduladores y serviles rastreros que le repiten que va muy bien y que pasará a la historia como un gran presidente de Guatemala, si no como el mejor. A ver si algo así no nos obsequia en su siguiente bulo presidencial.