Aumento del IVA y endeudamiento en 2016

Autor: Ricardo Berganza rberganza@hotmail.com

Quien llegue a la presidencia encontrará una grave crisis presupuestaria. Habiendo renunciado a una reforma fiscal, quedan dos paliativos de corto plazo: contratar más deuda e incrementar la tasa del IVA.

Quien ocupe la silla presidencial en 2016 deberá lidiar con un Congreso fragmentado, donde las alianzas y los acuerdos se han construido históricamente de forma clientelar, de manera que un escenario de crisis presupuestaria puede dificultar aún más la construcción de consensos parlamentarios y contribuir a la parálisis del Gobierno. Asimismo, debemos recordar que en el Congreso se han librado largas batallas para hacer fracasar al gobierno de turno y justificar así el siguiente proyecto político.

En ese marco podríamos tener dos escenarios similares entre sí. El primero es que Jimmy Morales llegue a la presidencia. Y después de una luna de miel que será muy corta, el Gobierno colapsará. Las causas más probables serán la iliquidez por la precaria recaudación, la ausencia de planes y un Congreso hostil. No bastarán los ministros que nombre el Cacif ni los consejos de mamá.

Ante el colapso financiero, supongo que habrá recortes presupuestarios, contratación de más deuda y posiblemente un aumento de la tasa del IVA. Más adelante explico las razones que encuentro para esa medida.

El segundo escenario tampoco es agradable. Si Sandra Torres llega a la presidencia, también enfrentará graves problemas hasta para cumplir con el pago de salarios y obligaciones de deuda. Sandra también se comprometió a no impulsar una reforma fiscal y propuso en su lugar mayor eficiencia en el gasto y combatir el contrabando para elevar la recaudación. En eso coincide con Jimmy. Pero temo que esas medidas no serán suficientes. Y más temprano que tarde la UNE tendrá que enfrentarse a un Gobierno colapsado.

De nuevo, la salida más probable quizá sea la contratación de deuda apelando a la coyuntura y a la crisis heredada, pero no descartemos un aumento de la tasa del IVA justificado en la necesidad de insuflar recursos a los programas sociales.

Acaso Sandra y su equipo sean más resilientes en el Congreso, pues cuentan con una bancada experimentada que de pronto puede nutrirse de algunos tránsfugas. Pero no debemos descartar el resurgimiento de un proyecto Baldizón 2020 que gestione interpelaciones eternas y bloquee el Congreso otros cuatro años.

En pocas palabras, en el horizonte se dibuja una grave crisis presupuestaria y la contratación de deuda con la justificación de que el PP dejó al país en la ruina.

Sandra y Jimmy han manifestado que no impulsarán una reforma fiscal, pero ese ofrecimiento no es necesariamente para el pueblo. Es un ofrecimiento al sector privado organizado, que en una crisis excepcional sería más proclive a aumentar la tasa del IVA con la condición de no tocar el ISR y otros tributos.

Es sabido, además, que en un modelo neoliberal el sacrificio se justifica siempre que los afectados no sean los más ricos. Por esa razón pienso que el aumento de la tasa del IVA estará sobre la mesa y que habrá alguna influencia de instituciones como el FMI, que han recomendado esa medida. Asimismo, lo anterior es coherente con el absurdo recorte del presupuesto en unos 20 millardos, que puede resultar en graves retrocesos en materia de salud, educación y seguridad.

Independientemente de los escenarios mencionados, cabe esperar que Jimmy o Sandra intente incrementar la recaudación fiscal combatiendo el contrabando y ampliando la base tributaria. Pero lo anterior requiere meses, incluso años de trabajo, e implica la reconstrucción de la institucionalidad y la recuperación de la moral tributaria, que de por sí nunca ha sido alta.

Personalmente preferiría que se iniciara desde hoy un diálogo político y técnico orientado a una reforma tributaria integral. Pero dudo que eso ocurra. Ya la suerte está echada y ambas candidaturas han prometido no entrarle al tema para no espantar el apoyo de grandes empresarios.

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