Un acto de amor

En la madrugada del 23 de mayo de 2018, el Tribunal de Mayor Riesgo dictó sentencia condenatoria contra cuatro militares retirados. Los ahora generales (r) Benedicto Lucas, Manuel Callejas y Callejas, así como coroneles (r) Francisco Luis Gordillo y Ramiro Zaldaña Rojas fueron hallados culpables de la desaparición forzada de Marco Antonio y la detención ilegal y violencia contra Emma Molina Theissen, en septiembre y octubre de 1981.

Debieron transcurrir 37 años para que en Guatemala se hiciera justicia por este crimen. En lo que constituye el primer juicio de juzgamiento y condena por la desaparición de un niño, el #CasoMolinaTheissen ha sido emblemático. Marco Antonio, de apenas 14 años, fue arrebatado de los brazos de su madre, Emma Theissen Álvarez, el 6 de octubre de 1981. Desde entonces, la familia se ha dedicado a buscarle sin obtener respuesta por parte de las autoridades.

Un día antes de ese terrible crimen, Emma -en los veinte años- había logrado escapar de sus captores, mismos que la torturaron y violentaron en varias formas, desde el 27 de septiembre. Cinco días después del secuestro de Marco Antonio, las hermanitas Glenda (11) y Rosaura (Chagüita, 9) Portillo, también fueron secuestradas junto a su abuelo y otros familiares.

El secuestro y desaparición de Marco Antonio fue una represalia directa por la escapada de Emma y como parte de la represión ejercida contra una familia que luchaba por un mejor país. El secuestro de Glenda y Chagüita, así como el de sus familiares, también fue una represalia contra otra familia que buscaba un mejor destino para Guatemala. Adriana Portillo, madre de las dos niñas, no ha dejado de buscarlas desde entonces.

De esa manera, el acto de amor iniciado por la digna e imbatible familia Molina Theissen tendrá nuevos caminos trazados por la solidaridad ciudadana.

Ese lazo de solidaridad entre familias se ve reflejado en Viaje a la verdad, una historia gráfica sobre la niñez desaparecida en Guatemala, presentada en el marco del sexto aniversario de la condena en el caso Molina Theissen. La historia entrelaza lo que podría ser el encuentro de niñas y niños que, al tener un mismo destino de la mano de los verdugos de la crueldad, se vinculan con otras personas emblemáticas de la memoria y la justicia. Con un lenguaje cercano a la experiencia, con ilustraciones que resultan esclarecedoras del entorno y las circunstancias, Viaje a la verdad es, como lo dijo Emma Molina, «un acto de amor», nacido de las vivencias del dolor, pero también de la dignidad y de la perseverancia en la búsqueda de justicia y verdad.

Además, es una invitación a buscar en la página el enlace para que, de manera anónima, quienes tengan información que pueda permitir encontrar los restos de Marco Antonio, envíen un mensaje. Así, la perseverante lucha sostenida durante casi cuatro décadas en cortes nacionales e internacionales se traslada también a otro espacio: el de las redes sociales, para sensibilizar e invitar a ofrecer información. Si usted sabe o, tiene conocimiento de que alguien puede tener datos sobre los restos de Marco Antonio, no dude en ir al sitio y enviar la información que será recibida, como ya he mencionado, de forma anónima.

De esa manera, el acto de amor iniciado por la digna e imbatible familia Molina Theissen, tendrá nuevos caminos trazados por la solidaridad ciudadana. Ninguna madre tiene por qué sufrir la ausencia de sus retoños. Ninguna madre tiene que suplicar a los verdugos que le digan dónde están los restos de los seres a quienes dio vida. Por eso es importante y necesario que ofrezcamos a esta familia el abrazo de la verdad y producir con ello desde nuestro espacio, un acto de amor social y solidario. Por Marco Antonio, Glenda, Chagüita y más de cinco mil niñas y niños desaparecidos, #HastaEncontrarles.

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