A menos que apostemos por una política explícita de innovación, Guatemala no va a alcanzar el nivel de crecimiento económico necesario para generar oportunidades reales para estos jóvenes. Por ello, aunque parezca paradójico, Guatemala necesita una política orientada a favorecer la atracción de trabajadores altamente calificados.
¿Por qué?
Porque Guatemala necesita entrar en nuevos mercados. Mercados donde se requieren brincos tecnológicos y nuevos productos; o, los mismos productos, pero con procesos productivos ambientalmente sostenibles y/o más baratos.
Porque Guatemala necesita atraer consultores que conozcan a todo el mundo a nivel mundial; que tengan los contactos con los proveedores y clientes de nuevos mercados. Si bien el Internet es importante, no sustituye al factor humano, a la simpatía, a la confianza que surge de las relaciones personales.
Porque Guatemala no estaría implementando una idea loca, al contrario, está siendo promovida en otros lugares. En un libro reciente de Alex Tabarrock, Launching the innovation revolution, él señala que si Estados Unidos quiere volver a generar altos niveles de crecimiento económico, tiene que apostarle a una política migratoria favorable para atraer a las personas más brillantes. De esta manera, se busca que las empresas norteamericanas se beneficien de los científicos y creativos más importantes del mundo. Por su parte, Senor y Singer reconocen que la industria tecnológica de Israel se benefició de manera importante de la inmigración de rusos a sus tierras. Tras la caída de la Unión Soviética, muchos rusos inmigraron a Israel, llevando consigo los conocimientos de sus doctorados e investigaciones que realizaran en su tierra, permitiendo así que empresas de tecnología israelitas pudieron aprovechar una mano de obra preparada.
¿Qué impide que esta idea se lleve a cabo?
No existen condiciones para atraer a estos “multiplicadores de empleo e innovación”. A las empresas puede tomarles más de un año lograr la aprobación de las visas y permisos de trabajo, o el permiso en los colegios profesionales. Además, no existe un programa específico para promover la atracción de personal capacitado del exterior.
¿Qué cambios deberíamos hacer para lograr a echar a andar un programa de este tipo?
Guatemala necesita contar con una ventanilla única que facilite la aprobación de los contratos laborales a extranjeros. Es necesario modificar la legislación para que las empresas, especialmente las MIPYMES, puedan contratar personal extranjero. Guatemala necesita generar un programa de selección de personal a nivel internacional que identifique a las personas ideales para apoyar a las empresas guatemaltecas a generar brincos de productividad e innovación. Guatemala necesita que dicho programa incluya alianzas entre empresas para así compartir el conocimiento entre varios beneficiarios. Guatemala necesita priorizar el apoyo a empresas que generan empleo a jóvenes y empleo en el interior del país.
Si esta idea suena tan bien, ¿por qué no se lleva a la práctica?
Algunos argumentan que esta es una política que ya se intentó en Guatemala durante la Revolución Liberal, pero que no fue muy exitosa, concentrándose muchos de los beneficios en pocas manos. Esta crítica enriquece el programa, pues señala que para hacerlo exitosamente el mismo debiera beneficiar principalmente empresas en el interior del país, y a empresas orientadas a generar empleo formal para jóvenes guatemaltecos.
Otros aducen que los guatemaltecos pueden ser tan innovadores, creativos y emprendedores como cualquier persona de otra nacionalidad. Eso es cierto, pero falla en reconocer que el mercado laboral y educativo guatemalteco no están generando suficientes empresarios, o administradores o ingenieros con las calidades de los que vienen de afuera. Por ello, no resulta exacto asumir que los extranjeros vendrían a “quitarle” el trabajo a otros guatemaltecos. Al contrario, vendrían a crearlo para muchos.
Otros más señalan que este tipo de programas tiene, en el fondo, un tinte racista, en donde lo que se quiere hacer es “mejorar la raza”, o cosas por el estilo. Sin embargo, para este programa el factor relevante no es la raza u origen étnico de los consultores, sino el conocimiento que tienen al estar en contacto con los mercados internacionales.
Hay quienes argumentan que este tipo de programas no debiera ser la prioridad, pues aún se tienen que superar problemas de educación antes que estar pensando en un programa para atraer extranjeros preparados al país. Esta crítica, aunque válida, no toma en cuenta que hay distintas prioridades que debe atender el Gobierno. En este caso, no podemos ignorar la necesidad de generar empleo a los jóvenes, lo cual puede impulsarse con un presupuesto muy inferior al del Ministerio de Educación.
En conclusión, debe reconocerse que los jóvenes del país son una prioridad y, por lo mismo, deben identificarse programas que les permitan acceder a empleos formales, a empleos de mejor calidad. Una propuesta sería atraer innovadores de otros países, consultores e ingenieros, que pueden convertirse en generadores de innovación y empleo para jóvenes.