4 de diciembre de 1971. Frank Zappa ofrecía un concierto en el Casino de Montreux, en el lado francoparlante del lago de Ginebra. Durante el concierto, alguien en la audiencia encendió una bengala, y el lugar, un edificio con más de un siglo de existencia y hecho en madera, ardió.
Una banda inglesa en ascenso, los Deep Purple vieron el fuego desde el otro lado del lago. Así nació Smoke on the Water, una de las canciones más famosas de la historia del rock.
We all came out to Montreux, on the Lake Geneva shoreline,
to make records with a mobile.
We didn’t have much time.
Frank Zappa and the Mothers were at the best place around,
but some stupid with a flare gun burned the place to the ground.
Smoke on the water, fire in the sky…
Smoke on the Water debe de haber sido interpretada más de un millón de veces desde entonces. De hecho, sus acordes iniciales se han convertido en parte del repertorio obligado de cualquier banda o guitarrista que se respete a sí mismo.
Sin embargo, la historia que cuenta esta famosa canción se ha repetido en más de una ocasión. 2008. La escena gótica y del heavy metal se encuentra en un pico alto en el Ecuador partido en dos por la migración provocada por la quiebra del sistema financiero, gracias a la cual una generación completa de padres dejó a sus hijos a cargo de sus abuelos para buscar empleo en los campos agrícolas del sur de España. Conflictos generacionales a la orden del día en una conservadora sociedad andina en transformación, la cual empuja a los jóvenes hacia los sonidos del metal más oscuro.
La discoteca Factory, ubicada en el sur de la ciudad, entre los barrios obreros, se encontraba llena a reventar para el concierto de bandas locales Ultratumba 2008. Y en el escenario, uno de los integrantes de la banda Vendimia encendió una bengala. El cielo raso, de material inflamable, ardió, y en tres minutos todo el local estaba en llamas. Diecinueve personas murieron ese día.
La tragedia se ha repetido el fin de semana pasado en Santa María, Rio Grande do Sul, Brasil. Sus proporciones son aún mayores. Doscientas treinta y cinco personas murieron en la discoteca Kiss luego de que un miembro de la banda Gurizada Fandangueira encendiera una bengala y ocasionara el trágico incendio que llevó a declarar tres días de luto nacional en Brasil.
En estas tragedias existen elementos comunes: empresarios que obtienen fraudulentamente permisos de funcionamiento, modificaciones inadecuadas a los locales para mejorar la acústica, puertas de emergencia cerradas con candados, guardias de seguridad que impiden la salida de quienes están adentro, locales saturados más allá de su capacidad… y un idiota que contra toda lógica enciende una bengala.
Cuarenta y un años después del incendio del Casino de Montreux, alguien debería pedirle a todo aprendiz de roquero que, además de aprender las canciones de Deep Purple, trate de entender su contenido.
* Publicada originalmente el 1 de febrero de 2013 en el sitio soycabrona.com.