Multas de tránsito

Hace unos días, por casualidad, revisé en línea si tenía alguna multa de tránsito. Lo hice porque una amiga me comentó que había revisado y no tenía ninguna. Cuando lo hice yo, para mi sorpresa, me topé con la desagradable noticia: tenía una multa de finales de 2019.

Al verificar los lugares visitados el día en que se consignó la multa, recordé que asistí a un desayuno en un restaurante situado en un nuevo centro comercial ubicado en la avenida Petapa. Como no es una ruta habitual para mí, a la salida de un desnivel hay un cruce de caminos y, aunque busqué, no vi ninguna señalización ni había ningún agente de Emetra a quien hubiera podido preguntar.

Así, con la casi nula intuición que tengo en esas circunstancias, reconozco que, durante un tramo de unos cuantos metros, creo que manejé contra la vía. Digo «creo» porque es algo que no quedó claro en la información de la multa. Si fue así, menos mal que no me topé de frente con ningún vehículo ni con ningún peatón. Eso sí, me quedó la sensación de que algo no estaba bien.

Como suele suceder en esos casos, lo olvidé. Año y medio después, solo por casualidad, me entero de que tengo esta multa de tránsito. Me percato, además, de que, si hubiese pagado la multa en los primeros días (nunca tuve un aviso, un correo electrónico, una citación, un papel ni nada), me habrían condonado el 40 %, pero, como no la pagué, cada día aumentó la mora, así que cancelé prácticamente el doble.

Es lo que toca si se comete una infracción, aun cuando no se haya notificado y corresponda al usuario verificar este hecho. Así es. Está fuera de discusión.

De más está decir que, en países del subdesarrollo como el nuestro, hasta para pagar las multas hay dificultades. Sucede que cada municipalidad alrededor de la capital tiene su propia página web con la información (algunas menos amigables que otras), en lugar de estar todas unidas para así agilizar y facilitar el pago de las posibles sanciones. Es decir, si se quiere verificar este dato, hay que abrir una por una las páginas web de San José Pinula, Mixco, la capital, Amatitlán, Villa Nueva, etc.

Este es, por supuesto, un mal menor del sistema de control institucional, pero sirve para ejemplificar cómo funciona todo el aparato administrativo del Estado: burocrático, ineficiente, lento.

En países del subdesarrollo como el nuestro, hasta para pagar las multas hay dificultades.

En contraposición, en otros países las cosas hasta en este tipo de situaciones suelen ser diferentes. Además de la frustración inicial, ver lo que sucede en otras partes también es una luz de esperanza para tener la firme convicción de que, por muy mal que estemos, la vida sí puede y podría ser mejor incluso aquí.

Hace poco vi, precisamente, cómo un juez de un país del primer mundo cuyos juicios por multas de tránsito son televisados escuchaba las razones, explicaciones o excusas que daban los infractores. Hasta ahí lo usual. Lo sorprendente es cómo ese mismo juez comentaba que recibía cartas de ciudadanos con cheques a nombre del Estado para «ayudar» o «colaborar» al pago de las multas de los infractores según el criterio del juez. Es decir, el juzgador decide, de acuerdo con las explicaciones que escucha, si mantiene la multa con los intereses, si la rebaja, si la condona. Además, si considera que quien cometió la infracción no tiene cómo pagarla, utiliza los cheques que para el efecto le han enviado otros ciudadanos con el fin de apoyar a quienes están en una condición difícil.

En nuestro medio, no obstante, estos escenarios, al parecer usuales en otras sociedades, aquí son tan impensables que nos parecen surrealistas. Es más: en nuestro medio, las cosas suceden al revés. Muchos de los que en verdad cometen graves delitos en diversos órdenes que afectan al cuerpo social son exonerados. Si se los condena, se encuentra la manera de que pronto recobren la libertad, si es que llegaron a estar en prisión. Y por otro lado, aquellos cuyo único delito ha sido decir o actuar con la verdad son encarcelados. Para corroborarlo, solo veamos un poco de lo que ha pasado en los últimos días.

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