… que se hacían pequeños cortecitos en los brazos y en las piernas. Y esa es la parte de la historia en la que más pienso. Pienso. Pienso que debe de doler, pero menos que otras cosas. No voy a hacer una lista de las cosas. No voy a enumerar las cosas. No voy a explicar las cosas. Pienso que debe de doler, pero menos de lo que alivia, porque tal vez alivia, no sé. Nunca voy a saber. Y esa es la parte de la historia en la que más pienso. Pienso. Pienso que no sabía nada, que nunca habría sabido nada si no fuera por lo que pasó. Y pensar eso hace que me duelan los pequeños cortecitos como si fueran míos. Duelen, arden, como cuando uno se raspa con alambre de púas o como cuando un pedazo de comida corta la boca. O como… como. Como mucho. Como bien. Como todos los días. Como tres veces al día. Y no sabía. Y si no fuera por lo que pasó, no lo sabría. Y me arde, como arden los ojos cuando hay humo, como arden los golpes con la mano abierta, como… como… como si nada. El tiempo sigue pasando como si nada.
Tal vez no se estaban cortando. Tal vez se estaban haciendo pequeñas boquitas que comieran menos, que no comieran nada. Porque no había comida. Y cuando había, estaba podrida. Un montón de pequeñas boquitas para hablar más. Porque una boca es demasiado cuando se tiene hambre, pero no alcanza para contar los dolores. Y esas eran demasiadas bocas para tan pocos oídos.
Arde. Me arde que no lo sabía. Estaban allí. Y la piel se les abría. Estaban allí con todo ese ardor: los cortecitos que ardían, el humo en los ojos que ardía, el alambre de púas que ardía, los golpes con la mano abierta que ardían. Y todas las boquitas gritaban porque estaban ardiendo. El fuego las estaba consumiendo. El mismo fuego con el que siempre se queman los inconvenientes, las embajadas, los archivos, las aldeas. Y mejor si no quedan sobrevivientes.
Y si no quedan sobrevivientes, que quede mi boca para gritar sus dolores, para decir sus nombres, para contar la historia, para que no se repita, para que no haya día de la mujer. Que haya mujeres que logren ver el día.