La pragmática se interesa por el modo como el contexto influye en la interpretación del significado de las palabras. ¿Qué significados les hemos dado a palabras pronunciadas por otros que piensan o muy parecido o muy distinto a nosotros?
Claude Shannon fue un ingeniero electrónico y matemático estadounidense que trabajó en la compañía de telefonía estadounidense Bell. Él y Warren Weaver, un biólogo e informatólogo estadounidense, generaron en 1949 un modelo de comunicación que fue bautizado como la teoría de la información o teoría matemática de la comunicación.
El modelo Shannon-Weaver tiene cinco elementos básicos a considerar: 1) una fuente de información, la cual produce un mensaje (emisor); 2) un transmisor, que codifica el mensaje en señales; 3) un canal, al que se adaptan las señales para la transmisión (el cual puede ser afectado por ruido, que distorsiona la señal); 4) un receptor, que decodifica o reconstruye el mensaje de la señal, y 5) un destino (destinatario), adonde llega el mensaje.
Investigando un poco más acerca de la lingüística, también encontré que esta tiene tres subdisciplinas importantes: la sintaxis, la semántica y la pragmática. La pragmática se interesa en el modo como el contexto influye en la interpretación del significado de las palabras.
Algunos escépticos recomiendan no utilizar el modelo Shannon-Weaver para las comunicaciones humanas, pero a mí me parece una forma sencilla de comenzar a analizar los problemas de comunicación que nos aquejan hoy si tenemos en cuenta cómo el contexto influye en los mensajes que emitimos y en los que recibimos.
Usando los elementos del modelo Shannon-Weaver, veo a los emisores con transmisores incorporados en sus mentes: estos transmisores son sus paradigmas, creencias y modelos mentales y culturales. Veo cómo el canal donde ocurre la comunicación se llena de ruido, distorsión y elementos externos que complican aún más la transmisión. Podríamos decir que el canal es el contexto, la situación. El destinatario también tiene receptores en su mente que decodifican el mensaje: sus propios paradigmas, creencias y modelos mentales, que usa para interpretar e incluso reconstruir el mensaje.
Hace algunos meses platicaba con un amigo acerca de cómo el uso de ciertas palabras usadas con un destinatario de ideología contraria podía distorsionar los mensajes. Nos preocupó en ese momento cómo el contexto condiciona la comunicación. Con base en esta preocupación, tuvimos la idea de hacer un ejercicio al cual llamamos «las palabras sospechosas».
Para ello les pedí a algunas personas que se inclinan por una ideología de derecha y a otras que se inclinan por una de izquierda que enumeraran las palabras que, al ser pronunciadas por personas de ideología contraria, les generaban sospecha e incomodidad. Luego les pedí que desafiaran sus prejuicios y que elaboraran la misma lista, pero esta vez imaginando qué palabras de su propio discurso podrían causarles el mismo malestar a personas de la ideología contraria.
Estas fueron las respuestas que obtuve:
Continuará.