La ilusión de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2 de 2)

Es de suponer que las evidentes falencias de los reportes de cumplimiento de los ODM no pueden ser objeto de críticas de largo calado a lo interno, sin que esto deje de traer algún género de inconveniencias a los que intentan cuestionar los presupuestos de dicho enfoque del desarrollo.

Aun así, se visualizan pinceladas críticas en tales documentos.  Pero aún en el campo de la ayuda internacional, el impulso democrático puede ceder frente a los intereses políticos. Por lo demás, las perspectivas hegemónicas en cualquier campo se destacan precisamente por forjar un sentido común que desplaza otros enfoques.     

Uno de los problemas básicos con los ODM lo constituye el hecho de que la visión de desarrollo que subyace a estos no ha sido formulada tomando en cuenta la multitud de factores que han incidido en la configuración profunda de nuestros problemas. No es casual, en este sentido, que los ODM hayan ganado la adhesión de un número crecido de ONGs. Dichos actores, en efecto, se dirigen a combatir las carencias de un sistema, a través de mecanismos que presuponen las bases del sistema. Las ONGs suelen atenuar el descontento social a través de proyectos neutralizados por una maquinaria burocrática alimentada por discursos subordinados a  intereses que no reflejan los sentires y necesidades sociales más profundas.

En virtud de la importancia que tienen las ideas de Sachs en la conformación de los ODM, es relevante recordar que este autor no cuestiona los procesos extractivos instaurados por los sistemas coloniales; piensa que la pobreza constituye una trampa que puede ser desmantelada a través de inyecciones financieras por parte de los países desarrollados. En un artículo en el Journal of Development Studies, Tim Unwin (2007) considera que la propuesta de Sachs goza de un alto nivel de popularidad porque le dice a los poderosos lo que quiere oír: que es posible erradicar la pobreza absoluta sin que los beneficiarios de este sistema de injusticia cambien significativamente su modo de vida. Unwin nota la manera en que Sachs, con un movimiento de su “varita literaria”, hace desaparecer el debate concerniente a la génesis histórica de las desigualdades entre naciones. 

Es de lamentar que el enfoque de desarrollo de los ODM tienda a ocupar el espacio que un gobierno con visión de futuro utilizaría para palpar los procesos sociales profundos de los que cabe derivar un proyecto viable de país. En su libro Despacho Presidencial (Editorial Oscar de León Palacios, 1998), Juan José Arévalo señala que su gobierno utilizó un método de auscultación en el que los encargados de la planificación levantaban la vista de las tablas estadísticas para poner atención a la pluralidad de opiniones que alberga una sociedad. Y recuérdese cómo la filosofía política de Arévalo se proyectó en la política internacional de su gobierno.

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*Consultor y docente, obtuvo su doctorado en filosofía en York University (Toronto, Canadá). Se especializa en filosofía política y jurídica, especialmente en derechos humanos y temas relacionados. Sus trabajos han sido publicados en revistas y libros académicos en inglés y español. Es autor de Derechos humanos: Una aproximación ética (F&G Editores, 2010). 

 

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