Hugo Chávez, el mortal

Si bien Hugo Chávez es un personaje público, y por lo tanto su salud es tema de agenda mediática a nivel internacional, no podemos olvidar que a fin de cuentas es un ser humano que estuvo a la altura de sus coyunturas históricas, expuesto al éxito y al fracaso al igual que cada uno de nosotros.

¿Chávez es inmortal?

Todos quisiéramos tener una vida larga, llena de salud suficiente para realizar todos los proyectos personales y aquéllos que se nos presentan como posibilidades, acorde al trabajo y coyunturas históricas en las cuales transcurran nuestros años.  Pero ni la larga vida y salud requerida pueden ser elementos que transgredan y nos lancen más allá de nuestra humanidad. 

Por eso, pensar que Chávez puede solucionar y vencer esas células cancerígenas a fuerza de voluntad y por petición a coro de sus seguidores, incluyendo cancilleres y presidentes, pareciera ser una negación de nuestra mortalidad, que en el mejor de los casos, podría ser hasta perjudicial para el cuerpo humano.

Si bien algunas personas han alargado con tratamientos y cirugías su tiempo y calidad de vida, el terror que ha provocado el pensar siquiera la muerte de Chávez, indica que algunos creen y dan por hecho de la inmortalidad del Comandante.  Para tristeza de muchos y alivio político de otros –ninguna muerte puede ser celebrada por la razón que sea– de la misma manera en que Chávez nació, así tendrá que morir algún día.  ¿Es una tragedia inesperada?

Por otra parte, pareciera que muchos partidarios no quisieran que regresara el Chávez enfermo y debilitado, pues les sería más beneficioso mitificar al Comandante en pleno goce de su salud, aquel que increpaba a opositores, que retaba a los presidentes de las potencias mundiales, que hacía levantarse de su asiento a reyes y daba lecciones de historia a colonizadores. 

De cualquier manera, la lamentable enfermedad de Chávez, que ha acaparado y tiene en vilo a los hambrientos medios de comunicación, no es más importante ni trágico que los más de 38 civiles asesinados en el asalto a una fábrica de gas en la zona meridional de Argelia, ni el cobarde y cruel asesinato de cuatro mujeres –dos de ellas menores de edad– en Guatemala, o los bombardeos en Mali perpetrados por la aviación francesa.

¿Chávez es indispensable?

La ausencia de Chávez de la política tendría que significar una nueva etapa y oportunidad para aquellos personajes jóvenes, partidarios o de la oposición, que merecen ser tomados en cuenta por su intelecto y capacidad de recrear al país.  Por eso la frase ¡Todos somos Chávez! –si bien todas las personas están en su derecho de apoyar a su Presidente–, puede ser peligrosa si se toma al pie de la letra pues significaría que no pueden vivir políticamente sin Chávez, iniciando así una maratónica búsqueda de aquello que él hubiese hecho o decidido. 

De tal manera que pensar que Chávez es Venezuela puede acarrear más divisiones y agresiones de las que incluso él mismo hubiese deseado construir en la segunda fase del socialismo del siglo XXI.

¡Abyssus abyssum invocat!

Frase que en español significa “el abismo llama al abismo” que formulado de otra manera “las desgracias nunca vienen solas”, palabras dichas por Chávez en una Eucaristía en la cual le pedía a Cristo que no le llevara todavía.  Pero tal y como van los acontecimientos y los pocos reportes de salud que vienen de los especialistas y del gobierno, las palabras mejoría y recuperación parecen no estar incluidas.  Lo mejor que podemos hacer es elevar una plegaria de acción de gracias por la vida de Hugo Chávez, exaltando sus virtudes sin olvidar sus errores, reconociendo sus aciertos para poder remediar las equivocaciones. 

Apartemos de nuestras voces los llamados al abismo y las desgracias, y pensemos en una Venezuela que navegará con rumbo fijo en manos de jóvenes talentosos y soñadores, capaces de forjar un futuro merecedor de su historia y digno de su gente.

Pd. Mi solidaridad con Avancso

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