Extractivismo colonial (1)

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«No existe modernidad sin colonialidad ni capitalismo sin extractivismo» (Parra-Romero, 2016).

La esencia del colonialismo, tanto en 1524 como en la actualidad, es sustentar el poder económico y político de las élites a través de la explotación inmisericorde de la madre naturaleza buscando minerales, bosques, agua, biodiversidad, prácticas, saberes y otros aspectos materiales y subjetivos que vamos a describir.

En febrero se celebra el Día de la Marimba, de las Lenguas Maternas Indígenas y de Tecún Umán: tres realidades que denotan el grado de colonialidad del Estado, que transforma elementos pasivos y ajenos en símbolos de una fingida e inexistente nacionalidad, pues, al mismo tiempo, desde hace 500 años se niega la importancia de la diversidad, la cual no se incluye dentro de los niveles y elementos económicos y políticos constitutivos del Estado.

La marimba se vuelve un elemento de discusión. Algunos niegan que sea de origen mesoamericano a pesar de las evidencias arqueológicas de ello en pinturas develadas. La sociedad consumista de la que somos parte prioriza la música y los instrumentos externos a través de los medios de comunicación y de la educación, y de vez en cuando aparece la marimba como un elemento típico o folclórico. El Estado, al presentarla como símbolo nacional, practica el extractivismo cultural al apropiarse de dicho elemento para construir la máscara indígena del Estado.

Las lenguas originarias, a pesar de su trascendental importancia en la constitución de la identidad, vienen en proceso de desaparición. Y lo que hace el Estado colonial es crear ventanillas indígenas, como la ineficiente Academia de las Lenguas Mayas de Guatemala, que se viene ahogando desde hace tiempo en la intrascendencia, el machismo, la politiquería y la corrupción. De academia, nada. En Santa Catarina Ixtahuacán se logró una sentencia histórica en cuanto al derecho a la educación bilingüe no solo para ese municipio, sino para todo el país, según la Corte de Constitucionalidad. Sin embargo, el Ministerio de Educación, en vez de cumplir con lo dictado por la resolución, ha hecho de la educación bilingüe intercultural la cenicienta del sistema. El Estado practica el extractivismo lingüístico para pintarse como incluyente y plural.

El Estado, al presentar la marimba como símbolo nacional, practica el extractivismo cultural al apropiarse de ella para construir la máscara indígena del Estado.

En el caso de Tecún Umán, el asunto es más dramático. La historia oficial, después de que se masacró y casi se esclavizó a los pueblos indígenas durante la invasión europea, lo pinta como héroe nacional dentro de la concepción y el sentimiento de nación de las oligarquías y de algunos estratos ladino-mestizos, como si con ello se lavaran la sangre y las lágrimas de nuestros pueblos. Se cuestiona su existencia, su nombre y su legado histórico. Los cronistas invasores pintaron la violencia de la guerra colonial como gesta histórica en la que se hace aparecer a Santiago Apóstol como líder del ejército invasor. Igual, crearon una narrativa mítica alrededor del líder indígena para deshistorizarlo. El problema no es que sea héroe nacional. El problema es que los pueblos indígenas siguen siendo violentados, explotados y discriminados.

Es una actitud extractivista de personajes propios para fines de dominación que se repite en toda el área invadida llamada América. Se extraen de la memoria histórica hechos y personajes que, pasando el filtro de la colonialidad, se convierten en símbolos de las élites hegemónicas. Atlácatl en El Salvador y Kaibil Balam en Guatemala sirven de ejemplos para representar lo más sanguinario y represivo de las fuerzas militares. En México, Juan Diego en lo religioso.

¿Por qué estas fuerzas violentas no se bautizan con nombres como Rafael Carrera, Justo Rufino Barrios, Ríos Montt o los de algunos grandes terratenientes finqueros que con sus avionetas ayudaron a reprimir las justas luchas de las comunidades ante el despojo, la violencia, el desprecio y otros males históricos?

El Inguat y empresas de modas, usando modelos blancas, exhiben y copian los diseños de la indumentaria maya para convertirla en viajes de promoción, de turismo hotelero, de zapatos, de bolsos y de un sinfín de mercancías, con lo cual se invisibiliza a los poseedores de dichos conocimientos y se marca el extractivismo epistémico.

Por último, el sistema colonial y el capitalismo global practican el extractivismo moderno y obligan así a millones de migrantes, condenados desde siempre a la ignorancia, a la enfermedad, a la explotación y al racismo, a buscar el norte —no les queda otro camino— para ir a engrosar a la población migrante, por ejemplo la de Estados Unidos, ofertando su fuerza de trabajo con salarios indignos, sin protección social, perseguidos y deportados, siempre que previamente no sean masacrados en territorio mexicano. En Guatemala, los dólares enriquecen a las élites. Allá, también explotados por politiqueros connacionales.

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