¿Exportar o importar? Es irrelevante

Es muy común pensar que las exportaciones son mejores que las importaciones.

Es muy común pensar que las exportaciones son mejores que las importaciones. Incluso, en la balanza comercial las exportaciones se suman a la producción nacional, mientras que las importaciones se restan. Ese simple hecho lleva a muchos a concluir que para mejorar las condiciones de Guatemala, o cualquier país, es mejor incrementar las exportaciones y reducir las importaciones. Y con este objetivo los gobiernos cobran impuestos específicos por importar ciertos productos (aranceles) o simplemente imponen reglas que hacen la importación muy difícil (barreras no arancelarias). Sin embargo, el error fundamental del análisis es asumir que países intercambian con otros países, en la práctica, individuos intercambian con otros individuos. El argumento parece superficial, pero si se analiza detenidamente hace toda la diferencia del mundo.

Todo intercambio, si es voluntario, es beneficioso para ambas partes. Si un guatemalteco desea comprar un producto hecho en el extranjero, la implicación lógica de dicha acción es que ese producto satisface sus necesidades más que los productos hechos localmente. Si el Gobierno impone restricciones a ese intercambio, los gobernantes están tomando decisiones subjetivas sobre el bienestar y hábitos de consumo de los ciudadanos, ya que están perjudicando a unos y beneficiando a otros. Lamentablemente, es imposible medir el costo de estas medidas, ya que el efecto de las restricciones a las importaciones son precios más altos para esos productos. Eso lleva a algunas personas a no consumir el producto o a comprarlo a un costo mayor, esto necesariamente implica que tendrá menos para consumir en otros productos.

También es importante indagar sobre la distinción fundamental entre una importación y una exportación. La antigua Yugoslavia nos proporciona un ejemplo que resalta la inconsistencia en distinguir exportaciones e importaciones. Durante el siglo XX Croacia, Macedonia, Montenegro, Eslovenia, Serbia y Bosnia y Herzegovina eran parte de una misma entidad política conocida como Yugoslavia. Durante todo ese tiempo existía intercambio entre individuos en Zagreb, la capital de Croacia, y Belgrado, la capital de Serbia. Y como ambas ciudades eran parte de Yugoslavia, este intercambio se denominaba como intercambio interno y por ende beneficioso. En la actualidad, Croacia y Serbia son dos países independientes y el intercambio entre las personas en Zagreb y Belgrado es denominado como comercio internacional. ¿Será que ahora estos países deben interrumpir el comercio para limitar las importaciones? Las barreras y limitaciones políticas no tienen ninguna relevancia en los beneficios y en la lógica del intercambio.

Tanto las importaciones como las exportaciones son beneficiosas, ya que en ambos casos los individuos involucrados en dichas transacciones mejoran su situación actual.

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