¿Evasión, catarsis o compromiso?

Ahora en Guatemala se puede llegar a las librerías y encontrar libros de escritores nacionales, más que nada novelas, cuentos y ensayos, en una cantidad a la cual no estábamos acostumbrados en un período que abarcó las últimas dos décadas del siglo pasado.

La narrativa parece ser un campo de los jóvenes. Con algunos destellos de increíble calidad podemos encontrar novela y cuento corto con una estética literaria que nos hace más soportable la realidad actual. A ratos hasta la hace ver cautivadora. El campo del ensayo aplicado a la historia reciente, su interpretación y en algunos casos su manipulación (intencional o no intencional, que al fin y al cabo son humanos quienes escriben) es para autores de más edad, que por lo general han sido actores o espectadores de la historia de medio siglo XX a la fecha, y para algunos jóvenes, incluso extranjeros, con una enorme capacidad para el trabajo de investigación. 

En este último género, al solo asomarme a uno de los exhibidores encuentro, entre otros, títulos como El recurso del miedo, Muerte en el vecindario de Dios, La tragedia de la Embajada de España en Guatemala, El martirio de una reina, Los kaibiles, El rector, el coronel y el último decano comunista, Soldados en el poder, Negreaba de zopilotes, El arte del asesinato político, Crónica de una vida: 1944-1992, años convulsos, La esperanza rota, Quiché rebelde y muchos más. Al suspender la enumeración, no quiero dejar de comentar que los hechos que parecen haber marcado la materia para contenido del mayor número de escritos son la Contrarrevolución de 1954, el incendio de la Embajada de España y el asesinato de monseñor Gerardi. 

La teoría literaria enumera cuando menos tres funciones principales de la literatura: la evasión, la catarsis y el compromiso. La evasión aparece con la intención de apartarse de las circunstancias de la vida. Es, según los especialistas, una fuga del yo en busca de una distancia de la realidad. 

La catarsis a través de la literatura, en cambio, consiste en la exteriorización de las emociones y de los pensamientos. El escritor expone su interior y, de esta forma, puede liberarse. 

En cuanto al compromiso, surge cuando el autor se propone la transformación del mundo a través de sus textos. La literatura permite denunciar los problemas sociales, políticos y económicos, con lo que ayuda a concienciar a la población y aparece como un instrumento de cambio. 

Con independencia del género literario y de la generación a la que pertenezcan los autores, esta reciente producción nacional creo que es multifuncional literariamente hablando: tiene desde cierta evasión en los casos de la narrativa (insisto, con mucha estética) hasta bastante catarsis y un cierto compromiso particularmente en lo escrito por los actores e investigadores de los hechos.

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