Para extraer las mayores ventajas de su periplo, orientó a sus asistentes a que toda aquella información que tuviera que ver con el juicio a sus colegas militares simplemente las omitieran, pues él es Presidente de todos los guatemaltecos y si un juez decide llevar a juicio a sus antiguos jefes y camaradas, él no tiene porqué opinar, mucho menos intervenir. Es más, pidió a los reporteros nacionales y extranjeros que le acompañaban que expresaran sus disculpas a los jueces y magistrados por haber afirmado, en algún momento de insensatez, que en Guatemala no hubo genocidio. Ahora ha sido claro y concluyente: el Presidente de la República no tiene porqué emitir opinión sobre temas que los tribunales están juzgando o puedan juzgar, así sean reos amigos o maestros suyos.
Pero no ha sido sólo ese acto el que retrata al Presidente de la República de Guatemala como uno de los más serios y visionarios en los últimos cien años. Convencido de son los Estados latinoamericanos los dueños de sus recursos naturales, dialogó por largas horas con sus colegas de Argentina, Ecuador y Bolivia para que le aconsejaran para ampliar las regalias a las empresas mineras. Y es que como ha sido su estilo, desde hace varias semanas, diputados de su partido, en diálogo con los de la oposición, han venido preparando una Iniciativa de Ley en la que se incrementarán de inmediato las obligaciones fiscales a las empresas mineras. La propuesta ya es conocida por líderes del movimiento social, quienes han hecho observaciones y ajustes que el Sr. Presidente y sus diputados, convencidos de que es en el diálogo donde se construyen las propuestas de largo plazo, las han aceptado en su mayoría.
Como la propuesta fue del conocimiento de gobernantes europeos, en la cena ofrecida en el Palacio de la Moneda, los jefes de Estado de Alemania y España optaron por cambiar sus asientos, de manera que no tuvieran que conversar con él, tal y como la señora Merkel maleducadamente ya lo había hecho con el Presidente de Cuba. Sin embargo, debieron saludarle efusivamente cuando en su brindis homenajeó de manera contundente al General chileno Carlos Pratz Gonzales, de quien se dijo admirador y seguidor profundo. El discurso preparado por el nuevo canciller es, sin lugar a dudas, una pieza oratórica que, a pesar de su brevedad, es una declaración de principios democráticos y latinoamericanos.
Incansable, en Davos ya había logrado convencer al mayor especulador financiero de todos los tiempos a financiar los estudios que, sobre la liberalización de las drogas, liderará Guatemala a partir del mes de marzo. Con el magnate acordaron que por cada dólar que Guatemala invierta en estudios y propuestas sobre el tema, el señor Soros aportará otros dos. Los fondos guatemaltecos saldrán directamente de los impuestos que deberán pagar las empresas mineras.
Con su ya conocida vocación democrática y de respeto a las instituciones académicas, el Ministro de Finanzas se ha comprometido a tener listas las reformas a la Ley del Presupuesto para abrir los concursos para que los centros de investigación realicen desde ya estudios sobre el impacto de la despenalización de las drogas en el mercado de bienes, en los comportamientos sociales y en la producción de alimentos, así como en el diseño de las políticas de salud y educación que deberán implementarse el año próximo. Ningún centro podrá realizar más de dos estudios, siendo el monto mínimo para cada uno de dos millones de quetzales, para un total de diez estudios. La cancillería, por su lado, ya ha nombrado a cinco diplomáticos de carrera para organizar toda la embestida internacional para convencer a los demás países a que entren en el debate.
¿Será que todo esto podría ser posible?