¿Se indignó con el proyecto que pretendía limpiar el lago de Amatitlán con una sustancia mágica? Debería indignarse igual con quienes ofrecen empleos con leyes absurdas.
Si le ofrezco una mojarra frita de Amatitlán, no hacen falta explicaciones para evocar uno de los negocios más sucios de esta administración. Se violentó el marco legal, se ignoraron las instituciones y, cuando el asunto llegó a los medios y a las redes sociales, este evolucionó vertiginosamente impulsado por las torpes y pueriles justificaciones del Ejecutivo. Se combinaron el hartazgo por la corrupción y la percepción de que nos están tratando como imbéciles otra vez.
Viene al caso hablar, entonces, de otro ofrecimiento absurdo que ya es parte del discurso electoral. Al menos dos partidos están ofreciendo empleos condicionados por la aprobación de su particular propuesta de ley. Por supuesto, no le explican a la gente que las mal llamadas leyes para la promoción del empleo son textos muy similares y constituyen en realidad un paquete de privilegios para los mismos que llevan 40 años prometiendo el derrame neoliberal de la riqueza. Mojarras de Amatitlán, si usted lo prefiere, pero con diferente empaque.
De manera paralela y puntual, se ha montado un circo para justificar el salario mínimo diferenciado, que no es otra cosa que la eliminación paulatina del salario mínimo actual. Y, para variar, se nos quiere vender esa medida como una panacea para generar empleo masivo.
Encuentro al menos tres razones por las cuales esos empleos prometidos son falsos como mojarras de Amatitlán:
- Repetición de algo que nunca funcionó como estaba planeado. Las leyes del desempleo[1] pretenden la ampliación de los privilegios para las maquilas, que nunca funcionaron como se planeó. Cada vez que vence el privilegio para una maquila, esta cierra y abre con otra razón social. Y solo falta que hasta empresas de seguridad se inscriban como maquilas. Para colmo, las propuestas de ley incluyen nuevos privilegios con dedicatoria, lo que ha provocado incluso la oposición de una parte del sector privado organizado.
- No se analizan ni el problema ni las soluciones de manera integral. Ni las leyes del desempleo ni las propuestas de salario diferenciado se inscriben en una política de Estado con base en un análisis profundo de la problemática asociada al desempleo y al subempleo. Tampoco se han planteado la reforma necesaria de la legislación laboral y el desarrollo institucional para garantizar compensadores sociales. Así pues, se pretende legislar garantizando una reducción de los costos (salarios), pero no hay institucionalidad o presupuestos para hacer cumplir la ley.
- El efecto principal será la reducción del salario mínimo existente. Las leyes del desempleo y el salario diferenciado invitan a cerrar empresas existentes para abrirlas de nuevo pagando menos. Al respecto, las maquilas tienen un negro historial de cierres sin previo aviso y de dejar así a trabajadores y proveedores sin ningún pago. En el caso particular del salario diferenciado se estará promoviendo una competición perversa entre municipios ofreciendo el salario más bajo. Y si una empresa no quiere cerrar, será fácil tocar la puerta de la alcaldía y decir: «¿Quiere que nos quedemos? Reduzca el salario en este municipio».
No pierda de vista que quienes argumentan en favor del salario diferenciado y de los privilegios ampliados para las maquilas presentan casos similares en países como Corea del Sur, Taiwán, China, Singapur o Vietnam. Pero es curioso que olviden mencionar cómo generaron mercado interno y empleos reales la mayoría de estos países: combinando reformas agrarias con medidas proteccionistas en áreas clave que incluían la alimentación. También omiten mencionar la participación del Estado en la planeación de la economía, la educación gratuita, las políticas de vivienda universal y la regulación de actividades privadas[2].
Mi impresión es que, en la coyuntura actual, es pertinente extender las condiciones que protegen al sector maquilero en particular. Y en el mediano plazo puede hablarse de salario diferenciado, pero solo en el marco de una reforma a la legislación laboral que asegure la organización sindical y garantice el castigo a quienes transgredan la ley. Del mismo modo, lo anterior es pertinente junto a una reforma fiscal que eleve la carga tributaria y dote al Estado de recursos para regular, fiscalizar y sancionar cuando sea necesario.
Recuerde: los empleos prometidos en el vacío son tan falsos como las mojarras y el agua cristalina de Amatitlán.