El síndrome de Estocolmo

Es una enfermedad cuyo nombre fue acuñado en Suecia a raíz de un secuestro en el cual la víctima terminó enamorada de su captor.

Como esa víctima estamos los habitantes de la ciudad de Guatemala, con una élite escasamente transparente, pero abundantemente ineficiente en la alcaldía municipal: una élite política que en más de 25 años ha sido incapaz de resolver los problemas del agua y del manejo de desechos sólidos, pero sobre todo el del tráfico.

Y es que no es solamente la falta de recursos y una eficiente gestión lo que necesita el abordaje de estos problemas del área metropolitana. Lo que principalmente afecta es la falta de visión de desarrollo y de crecimiento de la ciudad por parte de dicha élite. Un ejemplo sencillo: usted podrá apreciar que en Cayalá o en el bulevar Vista Hermosa actualmente están en construcción varios edificios de apartamentos sin más vías de acceso y sin un sistema de transporte público para dichos sectores. Lo que la municipalidad de la ciudad de Guatemala les ha ofrecido a los vecinos de estos lugares es disfrutar del tráfico, cuando salgan a hacer ejercicio, en un bonito caminamiento que hicieron en medio del arriate principal de los carriles.

Entonces, ¿cuál es la visión del alcalde Quiñónez de bienestar para los ciudadanos? ¡Salga a caminar y aprecie el tráfico! ¡Genial! Seguro que caminar entre el esmog es bueno para su salud, alcalde.

Al área metropolitana le urge un sistema de transporte público, el cual podría incluir desde un metro de superficie hasta la construcción de autopistas para bicicletas, adicional a que las empresas cuyos empleados utilicen dicho medio de transporte les otorguen a estos un incremento en su salario del 5 al 10 % mensual. Esa suma podría ser deducida del impuesto sobre la renta.

¿Va a salir Canela ofreciendo guacalazos o la UNE con un candidato desconocido?

¿Se imaginan cuánto podría ahorrar la ciudad en emisiones de gases, en gasto de combustible, en estrés y en costos de enfermedades diabéticas o cardíacas al incentivarse el uso de la bicicleta?

Otra idea es eliminar por completo la forma en la cual se utiliza el subsidio al transporte urbano, de tal modo que, en vez de otorgarlo a organizaciones señaladas de corrupción (me refiero a las asociaciones de autobuseros), lo entreguen a las municipales o a otra entidad pública para el desarrollo de un sistema de transporte público en el área metropolitana.

Aquí menciono solo algunas ideas, las cuales he podido escribir en esta columna gracias a que he manejado por dos horas para llegar una reunión y no llego aún.

Pero lo más delicado para los ciudadanos del área metropolitana y de la ciudad de Guatemala es el hecho de que, dentro de los candidatos a alcalde en las elecciones de 2019, ninguno de ellos ha presentado sus propuestas de cómo resolver los problemas estructurales de las ciudades de la referida área. ¿Va a salir Canela ofreciendo guacalazos o la UNE con un candidato desconocido (por ejemplo)?

Creo que los habitantes de la ciudad de Guatemala perdemos cada día valiosísimo tiempo de familia entre el tráfico y soportamos la escasez de agua y el mal manejo del relleno sanitario como para esperar candidatos inútiles y con propuestas fantasiosas. Esta vez debemos exigir respuestas creíbles, concretas, realizables. Si no, la política de transporte público seguirá siendo el precio del petróleo (para que disminuya el tráfico) o considerar la recomendación que don Amílcar Montejo hace cada año: «Salga de su casa 15 minutos antes». A ese paso, si hoy usted sale a las 5:00 a. m. de su casa, en diez años tendrá que salir a las 2:30 a. m.

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