Prendes la computadora y allí está Jimmy Morales recordando a las momias de Guanajuato cuando se enfrentaron al Santo.
Y mi estupor inicial se mezcla con la ternura infinita que me evoca el relato de Tarzán de los monos, de Luis de Lión, y sus aventuras en la selva infantil de San Juan del Obispo de los años 50, el primer amor y la emoción del niño de descubrir un mundo por delante.
Mis mecanismos mentales son arrevesados. Jimmy me llevó a Luis, pero también me llevó a la canción de Serrat Algo personal, en la cual él se pregunta cuándo aquellos niños se convirtieron en esos seres malvados que nos joden la vida, qué puede torcerse tanto para que un niño llegue a convertirse en una persona con ese nivel de cinismo, impudicia, descaro, procacidad. Seguro que los libros y tratados de psicología tienen respuestas o por lo menos teorías de las cuales se puede echar mano para contestar el dilema Morales.
Cómo eran los niños Otto Pérez, Baldetti, Degenhart, Stalling, Arzú Jr., Filipao, Alonzo y compañía ilimitada y qué ingredientes en su formación fueron determinantes para que llegaran a convertirse en estos integrantes conocidos de la red infinita de corrupción, impunidad, muerte y saqueo de este país. Cuántos futuros sicarios o mercenarios del crimen tienen ahora cinco o seis años. Cuántos Moralitos hay pululando hoy con una pelota de plástico en la calles de los barrios, colonias y condominios. ¿Serían los pendencieros del patio del colegio o los chingones de la última fila? No lo sé. Lo que sí es cierto es que Guatemala no es país para niños, como el título de la película, solo que al revés. Las investigaciones de los abusos a las niñas y a los niños del hogar Virgen de la Asunción continúan, pero nos han revelado las redes de trata de menores para prostitución y su vinculación con funcionarios del Estado. Las bases de datos de las alertas Alba- Keneth están a reventar con decenas de niños desaparecidos al mes. Abandono, ausencia, pobreza, desigualdad y exclusión son el sustrato en el cual se mueve la mayoría de los niños de este país. Sin embargo, las élites políticas y económicas provienen de las clases medias y altas.
En su fantasía [Jimmy Morales] se considera el Enmascarado de Plata luchando contra las fuerzas externas […], salvando a Guatemala del científico loco que quiere cambiar el mundo conocido.
El Santo contra las momias de Guanajuato, una película serie B, de decorados de cartón piedra, ridículos efectos especiales y maquillajes evidentes. Historias de buenos contra seres del inframundo y científicos locos y de saltos mortales. Jimmy Morales es un ser infantil. De eso no hay duda. Berrinches, aspavientos, venganzas, lloriqueos y excesos son características de su personalidad. En su fantasía se considera el Enmascarado de Plata luchando contra las fuerzas externas, dando vueltas por el aire, manejando carros descapotables al lado de mujeres calladitas pero hermosas, salvando a Guatemala del científico loco que quiere cambiar el mundo conocido. El superhéroe tercermundista, el ungido.
El Guanajuato del Santo está bien, pero, puestos a elegir, prefiero la Casablanca de Bogart y Bergman. Porque siempre nos quedará París. ¿O no?