Estamos tan enfocados en el tema político, no digamos mareados por tanta propaganda, cancioncitas, campañas negras, insultos y violencia por la época de elecciones, que se nos fue del “top of mind” el hecho de que vivimos en una región altamente vulnerable a los desastres naturales y que es importante mantener las alertas encendidas, especialmente en invierno, y para ello es vital contar con los recursos necesarios.
Hoy lo único que parece que se puede hacer es lamentar la muerte de una mujer en Santa Rosa por los sismos que se dieron en días pasados, así como la muerte de al menos seis personas y la desaparición de otras cinco en Huehuetenango, entre ellas cuatro pequeños niños, por el deslave de un cerro. Esto debería de ser un llamado de atención para los políticos que están en el Congreso, de la necesidad que hay de mantener al día los fondos para la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Conred, que también deben de ser cuidadosamente fiscalizados.
En agosto pasado ya lo había anunciado el vicepresidente Rafael Espada al explicar que no había recursos para que la Conred cumpliera con su tarea y que la tardanza se debía a la falta de aprobación por parte del Congreso para la ampliación presupuestaria. Hoy debemos preguntarnos ¿qué diputados y qué bancadas fueron las que bloquearon esas discusiones, dando prioridad a una interpelación que al final no hizo que cambiara la situación de violencia que vivimos?
El financiamiento a la Conred debe ser igual de prioritario que la educación, la salud y la seguridad, porque cada año nuestro país se ve afectado por las mismas situaciones naturales, pero parece que no aprendemos.
Los diputados al Congreso de la Republica deben asumir la responsabilidad de mantener al día el presupuesto de la Conred, porque queremos tener un poquito de esperanza por si pasara un desastre de mayor magnitud. Acuérdense que serán ellos los que nos proveerán de insumos o nos buscarán si algo pasa.
¿Cómo pueden las autoridades hablarnos de prevención cuando ni siquiera cuentan con recursos, no solo para llevar la ayuda necesaria en el momento preciso, sino para crear y promover una cultura de prevención en la población?
No olvidemos que somos una región sísmica, pero que además septiembre es uno de los meses más duros de la época de invierno en Guatemala. Esto no ha terminado, si no lo creen, pregúntenle a Conred que ha anunciado ya una nueva tormenta llamada Hilary que está muy cerca de la costa atlántica y que en pocos días podría convertirse en huracán.
Como siempre, de esto habrá que sacar lo mejor y hoy, como cada vez que ocurre algún desastre, la solidaridad de las y los guatemaltecos es la que aliviará de cierta forma la tragedia que al menos mil personas viven en estos departamentos. Qué bueno que aunque sea en los peores momentos se ve que aún nos quedan restos de humanidad en la piel.