Cifras, marcas y logros

Una de las mayores diferencias entre el estilo de las aficiones mesoamericana y estadounidense a cualquier deporte es el uso de las estadísticas.

 Los amantes de locales del futbol reparan en las estadísticas durante 15 minutos previos al inicio de un segundo tiempo. Los números, las tendencias y la construcción de un forecast (pronóstico) son escasamente considerados por los locutores y analistas. En el mundillo estadounidense de los deportes, la estrategia del juego se apoya en números fríos, datos estadísticos y predicciones del comportamiento del actor en base a números. Y, con una precisión de relojero suizo, nos damos cuenta de que tal cosa, como la libertad individual, es una ficción: el resultado puede predecirse. Es posible predecir si “x” o “y” jugador logrará alcanzar las yardas necesarias para mantener la posesión del ovoide; si la estadística muestra que siempre en un tercer intento el equipo en cuestión lo logra, es casi seguro que lo hará. Lo mismo sucede con los bateadores de poder: es una constante de la estadística deportiva que los números cambian en la temporada regular y aumentan en la post-temporada. Pero es interesante que durante las temporadas regulares, la estrategia de un juego de beisbol pueda basarse en la estadística que muestre la mejor reacción de un jugador “x” frente a lanzadores zurdos o frente a lanzadores derechos o si hay corredores en base o si la casa está vacía.

En esencia, menos bla, bla, bla, bla de carácter de una teoría normativa y un poco más de carácter positivo basado en cifra dura (donde no hay interés en manipular).

Haré entonces un análisis en esta misma perspectiva sobre lo acontecido el pasado domingo 11 de septiembre. Vamos por los datos, que son siempre excitantes porque clarifican el escenario.

Según Mirador Electoral, los partidos políticos de Guatemala gastaron Q56 millones en campaña anticipada y el total del gasto de campaña fue de Q689 millones (casi US$90 millones). Se presenta como la campaña más cara de la historia, y lleva razón: el precio de cada voto en Guatemala resultó ser de US$19, con lo cual resultó ser más caro que el precio del voto en la pasada elección del año 2000 en México (donde el precio del voto fue de US$17.24 en promedio.) Salvando las diferencias entre un sistema que recibe financiamiento estatal (México) y uno que no, y un sistema que con mayor facilidad cumple la regla de Duverger, es sorprendente que el precio del voto chapín sea más alto. Y si lo contrastamos con el precio del voto en la región, es aún más interesante: US$0.41 Argentina, US$0.29 en Brasil, en Colombia US$1.95, en Ecuador US$1.09, en Panamá US$5.25, en Uruguay US$3.72 y en Costa Rica US$8.58 (datos tomados del diario mexicano La Jornada).  En este sentido, las elecciones generales 2011 en Guatemala superan el precio del voto con relación a la bipartidista democracia costarricense así como su tasa tradicional alta tasa de participación: 65%. Guatemala supera esta cifra con una participación de 66% ó 4.8 millones de electores, según reporta el diario Prensa Libre. Claro, los tamaños de población siguen siendo importante y en ese sentido la comparación entre Guatemala y Costa Rica es interesante: prácticamente la mitad de su población total está empadronada, siete millones para Guatemala y dos millones en Costa Rica.

Reporta también Mirador Electoral que el gasto no ha sido equitativo en cada partido. Cito de forma libre: “El estudio señala que los partidos que más dinero han invertido en la campaña electoral son el derechista Partido Patriota (PP), que ha invertido unos Q143 millones, le siguen la socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con Q130 millones y la Gran Alianza Nacional (GANA), con Q101 millones. El Partido Libertad Democrática Renovada ha invertido Q47.8 millones”.

A todo esto, debe agregarse que el techo “oficial” de gasto de campaña es de US$7. Si a esto agregamos los datos del 2010 sobre Guatemala resaltan tres puntos muy serios: 1) el PIB de Guatemala estimado para el 2011 es de US$20 mil millones, 2) el gasto completo de esta jornada electoral en campañas fue de US$89.5 millones y, 3) el salario mínimo en el sector privado (según datos del programa expansión en CNN Español) es de US$200. Prioridades invertidas y concentración inmoral de la riqueza, si usted recuerda el informe del PNUD del 2010 que afirma que el 5% de manos concentran el 85% de la riqueza que se produce en este país.

Las elecciones en Guatemala son caras. Y detrás de ellas hay financistas que esperan resultados muy claros por las inversiones realizadas. Si entendiéramos a cada candidato como una marca, entonces, Otto Pérez Molina es una marca muy cara. La inversión que se requiere para “producirlo” le ha puesto en la misma coyuntura-dilema de la elección anterior: haber prometido ganar en primera vuelta y, simplemente, pasar a la segunda vuelta. Esto es muy serio porque su curva de aprendizaje ya fue superada y aún así no gana o no aprende el know how. Compárese con el caso Colom, quien también transita por varios procesos electorales pero no es finalista hasta su última participación. Caso contrario a Pérez Molina que con una experiencia electoral ya de 12 años (en coalición con la original GANA y en los subsiguientes dos procesos electorales como finalista) no ha sabido obtener el poder.  

Como marca, al candidato Pérez Molina le cuesta conseguir el famoso deliver. Si fuera un jugador de beisbol o de futbol americano, sería una multimillonaria contratación que te hace goles pero no te da el campeonato, te batea vuelacercas pero no te da el banderín: un tipo de “Big Papi” Ortiz, en los Medias Rojas de Boston; un Jonhy Damon, en los Yankees, o un Mike Piazza en su momento con los Mets. Contrataciones multimillonarias, pero que no dan el tan ansiado título.

El escenario para el Partido Patriota (PP) es complicado pensando en cifras de todo tipo. 1) Otra vez, las encuestas lo inflaron a propósito y no ganó en primera vuelta, 2) ha topado gasto y ahora hay que decirle a los financistas que “corre y va de nuevo”, 3) esto podría originar que algunos de los financistas (en particular del sector privado guatemalteco que no es homogéneo) decidan migrar particularmente cuando la otra opción resulta que sí tiene alguna experiencia empresarial (de qué tipo es otra historia) y no así Pérez Molina, quien ha sido sostenido por sus financistas en los años que no hubo contienda. Por lo cual, la lógica empresario-empresario podría empezar a construir puentes.

Pero por si esto no fuera suficiente, apunto un dato más: la conformación del nuevo Congreso para la Legislatura 2012-2016. Aunque Pérez-Molina ganara, no le van a dar ni permiso para ir a cagar en paz (luego veremos si la alianza UNE-GANA se mantiene). Es un gran logro que el actual partido de gobierno se transforme en la segunda fuerza electoral cuando la norma es desaparecer cómo fuerza política con “couta”. Los 47 escaños de la coalición UNE-GANA sumados en coyunturas concretas a los 15 obtenidos por la UCN y los 13 de Líder (asumiendo, como buen neoclásico, que no hay tránsfugas y rupturas) le harán la vida imposible a Pérez Molina. Y gobierno que no genera resultados rápido (a cuyo candidato ya vimos que le cuesta el deliver) se desgasta y pierde legitimidad.  

Me extiendo en la columna un poco más.

Debe doler en las filas del PP haber presionado por evitar la inscripción de Sandra Torres. Al final del día, esos 47 escaños se traducen en la cuota de soberanía que Sandra Torres afirmaba en efecto tener. Haciendo un análisis behaviorista del voto, hay una pregunta flotante: ¿el porcentaje de votos del partido CREO hubiera sido del PP si Sandra Torres participa? Porque la ciudad capital de Guatemala solamente reacciona con el hígado y había que castigar a la “shuma” que se atrevió a decir que “los ricos de este país se hartan hasta cinco veces al día”. Pero fuera ella del escenario, el voto urbano se fragmentó, no así el voto rural que prefirió la opción del Líder, aunque Baldizón sea un candidato urbano con propuestas más cercanas a las demandas de los centros urbanos.

Pero la realidad electoral guatemalteca se trata de maquinarias y de acarreo. Entonces, las bisagras en la puerta de la Presidencia son los financistas y las alianzas bajo la mesa. Aquí es donde mi análisis empezaría a ser normativo y por lo tanto me puedo equivocar. En mi opinión habría mayor naturalidad en una Alianza Electoral Líder-UNE-GANA-UCN que en una alianza Líder-CREO (como el mismo Baldizón ha querido dejar saber luego de algunas tibias conferencias de prensa). El PP, en mi opinión, tiene las alianzas naturales en CREO, VIVA y el resto de pequeños partidos de derecha. Sin embargo, para hacer alianzas hay que repartir el botín o estar dispuesto al menos, a decirlo. Cosa que veo difícil en la arrogancia del PP.

¿Es posible remontar una diferencia de 600 mil votos? Esa es la pregunta de Baldizón. ¿Puede el Patriota volver a asegurar el resultado de 1 millón 600 mil votos? Esa cifra le costó una suma bestial de dinero que no la puede repetir. Es la pregunta para sus financistas y para una ciudad capital que terminada cansada y harta de la primera vuelta.

Asumamos la lógica de la mayoría de guatemaltecos de clase media-alta-oligarquía: Baldizón es el paladín de la narco-política local y los del PP son niños bonitos de primera comunión. Entonces, en ese contacto con la subcultura criminal, la lógica empresarial resultaría la mejor herramienta para ganar la segunda vuelta, que repito, se gana con acarreados y movilización. No se debe despreciar el voto de los departamentos, que frente el dilema de votar por un militar o un cacique (a quien también le teme) se inclinó por el cacique temido. La historia ha probado que la ciudad capital sabe votar cuando hay una reacción hepática, pero también sabe desentenderse cuando no hay interés. Y si bien Baldizón es el “shumo petenero” para la mayoría de la capital que se atreve a disputar el poder, recuérdese que las elites tradicionales no son homogéneas. Si Colom llegó a la Presidencia con apoyo del sector privado organizado también lo puede hacer Baldizón. Repito: la clave de la victoria no es quién prometa más al pueblo, sino quien sepa “barajearla” mejor con los poderes tradicionales y no tradicionales. Entonces, la lógica económica ha de primar de nuevo. Mientras por fuera las campañas negras serán de un calibre nunca antes visto, la clave está en saber leer los pactos por debajo de la mesa. Más que un cuartel, la lógica del poder en Guatemala es un burdel con costos y ganancias. Ganará quien sepa negociar mejor, ya sea a la manera de un empresario tradicional o a la manera del narco, pero saber negociar, prometer, confiar y “soltar un poco” del gran pastel será la clave del éxito.

Por cierto, y para cerrar: Otto Pérez Molina afirma que, en otros países más serios, una diferencia de 15% es suficiente para que no exista una segunda vuelta. Aunque la diferencia oficial fue de 13%, habría que responderle que, en otros países más serios, candidatos con tantas acusaciones serias (aunque no haya demandas penales concretas) no tendría legitimidad ante la ciudadanía. Pérez Molina y Baldizón tienen la suerte de estar compitiendo en Guatemala y no en Suecia, Suiza o en Alemania donde, probablemente, no serían opciones viables para ningún ciudadano honesto y con cinco dedos de frente. rca muy cara, su curva de aprendizaje ya fue superada y aún asi, no gana o no aprende el knnow how ( no es lo mismo 3 procesos electorales donde eres el finalista hasta el último, caso de la UNE) que dos procesos donde eres finalista en los dos y no ganas (caso del PP y ademas prometes ganar en primera vuelta.). Como marca, OPM no ¨entrega¨.  ¿Cómo no va a estara cabreado si: 1) otra vez, lo inflaron a drede y no gano en primera vuelta, 2) topaste gasto, tus financistas estaran pensando en migrar, 3) echale una ojeada al congreso, aunque gane, no le van a dar ni permiso para ir a cagar (luego veremos si la alianza une-gana se mantiene), 5), debe doler en las filas del PP haber presionado por evitar la inscripcion de ST. Me parece que haciendo un análisis behaviorista del voto, el porcentaje de CREO hubiera sido del PP si ST participa. Ahora no solo el PP no gana en 1a velta ( repito, aunque lo inflaron, aunque decia poder ganar en la 1a vuelta) sino tienes a la UNE ( y seguro, a ST desde atras en cuota de poder) viva y coleando. A todo eso, agregar, los errores de discurso: sigue afirmando que la diferencia fue de 15% cuando es de 10%. Segun el grafico de PL, de 500,000 votos lo cual SI es reversible. No la tiene fácil para ganar, y si gana, no va a tenerla fácil para gobernar. Y gobierno que se ¨atranca´en el legislativo, se desgasta rápido.

scroll to top