Cables de Venezuela

El pasado domingo era un día importante, las elecciones de Venezuela. La participación en las urnas de ese país, impresionante. El nivel de expectativa, muy grande.

Es difícil comentar sobre la política interna de un país que no es el propio. La información a la que uno accede normalmente está tamizada por los intereses o ideología del medio de comunicación, que es la fuente tradicional.

Yo no creo que la reelección de Chávez sea buena, por principio no estoy de acuerdo con presidencias con periodos tan largos, por el mismo motivo consideraba catastrófico que Uribe pretendiera alargar su periodo. Pero es difícil comentar de situaciones que no nos son propias. Y por eso, en esta columna, no quiero tratar el tema de si es un triunfo o una desgracia que Chávez sea el presidente hasta 2019.

Lo que considero que es más interesante de compartir y de analizar es la forma en que la oposición joven en Venezuela ha reaccionado frente a este tema. Es por eso que tomé extractos de declaraciones que dos muy buenos amigos míos han hecho. Ambos son jóvenes venezolanos menores de 30 años, líderes, catedráticos, activistas, inteligentes y de oposición.

Adriana: “Mi apuesta es porque entre todos sigamos desde donde estemos, aportando lo que podamos para cambiar las riendas de este país y engrandecer aún más esa riqueza que tenemos, en provecho de todos. Afuera siempre seremos inmigrantes, sudacas, el extranjero, no descuidemos aún por razones comprensibles, este país, así no nos veamos ahora reconocidos en él.”

Alex: “Los jóvenes heredamos este conflicto social. Nosotros no participamos en su creación. Nosotros no fuimos de los que ignoramos a la mayoría necesitada del país. Pero sí somos nosotros los que tenemos que resolverlo. Irnos del país puede ser la salida fácil, pero definitivamente no va a resolver nuestros problemas. Sólo reconociendo al país, encontrándonos con los que piensan distinto, y trabajando juntos y unidos lo lograremos. Ya está aclarando la mañana en Venezuela, aunque el guayabo nos impida verlo…”

Ambos participaron de forma activa en el proceso electoral. En las pasadas elecciones de Guatemala conozco a muy pocos jóvenes que hayan tomado un papel activo en las campañas y en los partidos. Esto puede verse como un problema de discriminación por edad pero, en realidad, sabemos que en su mayoría es por apatía política. A estos jóvenes no se les prometió puestos en el gobierno, simplemente creyeron en un proyecto político y fueron parte de los movimientos.

Los dos asumen las injusticias y desigualdades de su país, ninguno de los dos justifica a los gobiernos anteriores. No se hacen los locos de lo que pasa en el interior, ni de lo que ha pasado en la historia del país. Los jóvenes guatemaltecos urbanos de clase media y alta entienden poco o nada de lo que pasa en su país. Es por esta ignorancia colectiva que, necesitamos proyectos como Un Techo para mi País o Despertemos Guatemala. Estos programas no son suficientes, pero creo que son un buen comienzo para empezar a aceptar estas dos realidades.

Lo que más me gusto de las dos declaraciones, es que reconocen que está bien no pensar lo mismo, está bien discutir y que está bien tener ideologías. En ese sentido estamos muy lejos los jóvenes guatemaltecos, y por eso es que debemos de cambiar esa historia que nos han dejado.

La esperanza y las fuerzas de seguir participando y cambiando el país, respetando los resultados de una elección que no fue favorable para estos dos jóvenes, me parece inspirador.

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