Este sistema permite y alienta manipulaciones y corrupción de las diferentes votaciones y elecciones importantes para cargos públicos. Un ejemplo fue la pasada elección del director del Instituto de la Defensa Pública Penal, que se realizó con voto secreto; por eso la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó repetirla.
Lo peor de todo es que el Congreso tiene las herramientas que se necesitan para evitar este secretismo. En 2006 se compró un tablero electrónico por Q7 millones, que sólo se usa para registrar la asistencia al pleno.
El número 4323 ha estado presente en las últimas semanas en los titulares de los principales medios y en las conversaciones de los políticos. Este número le corresponde a una nueva iniciativa de ley que busca sustituir el actual sistema de votaciones dentro del Congreso por un sistema que se basa en la tecnología y la transparencia. Básicamente, usar el tablero electrónico.
La iniciativa 4323 busca reformar la Ley Orgánica del Congreso para establecer un sistema de rendición de cuentas y así resolver la actual problemática del legislativo. Los tres cambios más significativos son la utlización de la plataforma electrónica en los procesos de votación, la creación de un registro personalizado público de todas las actividades legislativas y la derogación del voto secreto y el voto breve.
Esta iniciativa ha sido impulsada por Rosa María de Frade y Francisco Contreras con el respaldo de varias organizaciones de la sociedad civil. Esta alianza entre diputados y sociedad civil ha multiplicado la fuerza de la iniciativa y ha permitido que los ciudadanos nos apropiemos de ella, pues es una herramienta para transparentar el Congreso.
Varias organizaciones de jóvenes hemos asumido un rol protagonista en la lucha por esta ley. La estrategia que están utilizando las organizaciones juveniles combinan los métodos tradicionales y métodos modernos de movilización. En las últimas dos semanas, los jóvenes hemos realizado un trabajo de cabildeo en el Congreso y también hemos visitado los principales medios de televisión, radio e impresos para comunicar la importancia de la iniciativa 4323. También hemos difundido el mensaje y se ha movilizado a otros jóvenes usando el poder de las redes sociales.
Los jóvenes hemos recurrido a Facebook, Twitter y a los blogs para socializar el mensaje y para ponernos en contacto con nuestros representantes legislativos. Es importante observar como los jóvenes hemos retomado el rol fiscalizador que en el pasado demostramos durante procesos importantes de elección.
No hay mucho espacio para dudas sobre la transparencia y las mejoras en la gestión parlamentaria que traerá la aprobación de la iniciativa 4323. Nos dará las herramientas necesarias a la ciudadanía para fiscalizar a nuestros representantes y consecuentemente realizar un voto informado en septiembre próximo. Es importante que los diputados les demuestren a sus representados que están dispuestos a ejercer su cargo con toda la transparencia que les compete.