Quizá es difícil defender la existencia de aplicaciones como ésta cuando vivimos en un mundo en el que el bulling es una de las amenazas más grandes a la niñez y a la adolescencia. Es difícil, pero lo peor que gano defendiéndola es un par de troles más.
Secret ha sido calificada en los medios guatemaltecos como peligrosa, dañina y hasta un espacio donde se ejerce la misoginia. La semana pasada, escuché sicólogos explicando que este tipo de aplicación puede dañarle el autoestima a cualquiera, porque la incapacidad de controlar qué y quién se está hablando de uno se potencializa en las redes sociales.
Estoy clara de que este tipo de aplicaciones puede ser peligrosa, pero el internet y las nuevas tecnologías son efectivamente peligrosas, si calificamos como peligroso todo aquello que no conocemos y que tenemos que aprender a utilizar y a comprender. En la era digital, el conflicto entre la privacidad, el anonimato, la dignidad, la vigilancia y la seguridad son derechos que tenemos que globalizar y adaptar.
El peligro para muchos recae en el anonimato. El anonimato es una de las herramientas más importantes para la democracia y la libertad de expresión. No es nada nuevo, ha sido utilizado por muchos en distintas épocas de la historia humana.
El anonimato sigue siendo, en todas las sociedades sin importar su desarrollo o el nivel de supuesta democracia y libertad (desde China hasta Estados Unidos), una de las herramientas más importantes para denunciar a gobiernos corruptos o empresas que nos vigilan de tal manera que logran programar nuestro consumo.
La protección del anonimato es necesaria para garantizar la libertad de expresión, pues en muchos casos es la única forma para el comunicador de reservar fuentes, proteger su integridad y la de otros involucrados. En el derecho comparado, esto puede llegar a excluir responsabilidad penal, civil y administrativa cuando a la persona se le acusa de violar derechos como el de intimidad, buen nombre u honra. (el caso de la figura del soplón)
Censurar implica coartar la cultura, pues lo que hay en internet es lo que hay afuera. Esto atañe al trol, al que hace chistes de todo, al que comenta vulgaridades, hace comentarios racistas, machistas o sexistas, a todos. Si le otorgamos al gobierno el poder de controlar y de censurar, le estamos cediendo nuestra privacidad.
Censurar Secret le envía un mensaje erróneo a sus hijos, les está diciendo: como ni tú ni yo podemos controlar a qué te suscribes deja al gobierno decidir, ellos saben qué nos conviene.
En lugar de discutir sobre esto, deberíamos de instruirnos más, ¿conoce usted el término data mining?, ¿comprende que su buscador probablemente ha recopilado y unificado toda su información y que pueden dirigir su consumo?, ¿sabe que tener una cuenta en Facebook es exponer su seguridad y la de sus hijos?, mejor aún, ¿qué tan bien maneja las claves de su Smartphone?, ¿sabe que aplicaciones como waze registran su ubicación (son geolocalizadores)?, cuándo sube una foto a instagram, ¿le pregunta a la persona que sale en la foto si lo autoriza?
Nuestra privacidad está en nuestras manos, no en la de los gobiernos. #Notemasinternet