Slut Shamming vs Pornográfica

Dichos movimientos han alineado sus esfuerzos en relación a las necesidades del momento y más importante aún, plantándose en contra del rechazo del género femenino. A pesar que estos esfuerzos han sido invisibilizados por sociedades patriarcales,  los logros han sido determinantes para nosotras.  Desde el derecho al voto hasta ahora la lucha por el control de nuestro sistema reproductivo, el recorrido en la historia por la igualdad de género ha sido arduo y lento. 

En los años sesenta y setenta explotó una revolución por la libertad sexual de la cual no fueron excluidas las mujeres, se puede decir que fue el primer instante de expresión sexual femenina. Sin embargo ésta fue suprimida en los años ochenta por una contra revolución conservadora  impulsada por inversiones millonarias de grupos religiosos.  Por consiguiente, esta contra revolución estableció nuevas reglas las cuales no sólo eran más rígidas  sino que también se le  impuso a la mujer un modelo de roles denigrantes y a una posición social de discriminación. Dicho sistema de represión y castigos ha generado una serie de secuelas que todavía enfrentamos hoy, principalmente el miedo de exigir la equidad.

Hoy las mujeres enfrentamos modelos de violencia los cuales son promovidos particularmente por modelos patriarcales en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. Actualmente como sociedad hemos condenado al género femenino a ser víctimas a pesar de sus protestas y celebramos la explotación sexual de las mismas. Dicha explotación no es sinónimo de expresión de nuestra sexualidad, sin embargo éstas dos han sido combinadas para deslegitimar el poder de la mujer sobre su cuerpo.  Como consecuencia de esta confusión nace la yuxtaposición de empoderamiento sexual y  explotación sexual, la cual ha generado un caos en las nuevas generaciones sobre construcción de nuestra identidad sexual.  Estas tendencias de opresión masculina han resultado en una protesta legítima de los grupos feministas por recobrar una identidad sexual sana. Esto se refiere a que la mujer no debe ser sujeta a violencia o explotación sexual por expresar sus deseos sexuales. Por ejemplo  no es una justificación  violar sexualmente a una mujer por su forma de actuar o su forma de vestir.  Por lo que las mujeres tampoco deberíamos de premiar  modelos de explotación sexual expresados en los medios de comunicación ni mucho menos aceptarlos de nuestra pareja.

A principios de este mes, una estudiante de 18 años de la Universidad de Duke fue condenada públicamente por participar en películas pornográficas. La joven había logrado mantener en secreto de sus compañeros  su identidad pornográfica sin embargo un miembro de una de las fraternidades se encargó de develar su información. La respuesta de sus compañeros y las redes sociales fue vilificarla y condenarla, llegando al punto de mandarle amenazas de muerte. La joven decidió develar su historia públicamente y defender sus acciones, justificándolas por la necesidad de poder pagar sus estudios. En lo personal soy fiel creyente que cada ser humano es responsable de su cuerpo, sin embargo, esta joven alabó la industria pornográfica la cual ha sido responsable de reforzar roles de sumisión  y de violencia sexual en contra de la mujer. Es aquí cuando encontramos esta yuxtaposición que crea confusiones, las cuales son válidas y vale la pena ponderarlas. 

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