¿Rebelión o guerra?: los kaqchikel como traidores

Uno de esos mitos fue el de la conquista o invasión europea en el siglo XVI. Básicamente se planteó que los españoles tomaron militarmente Guatemala después de derrotar a los k’iche’ a inicios de 1524. Todo lo que sucedió después se consideró como rebelión. Y así se planteó desde la historiografía oficial y se propagó a través de los centros educativos por generaciones.

Ahora sabemos que la realidad pos-1524 fue mucho más compleja y que el proceso de pacificación y colonización tardó casi tres décadas. También sabemos que las sociedades mayas del altiplano no eran un todo homogéneo, como se creía, y que los k’iche’ eran un grupo más (uno muy fuerte) entre varias entidades políticas. Tanto los k’iche’ como los kaqchikel conformaban entidades de diferente nivel: calpul/chinamit, amaq’ y winaq. No todos los grupos del altiplano llegaban a integrarse en winaq (el nivel más complejo, conocido también como confederación, nación o Estado). Entre los k’iche’ y los kaqchikel había tres winaq, uno k’iche’ y dos kaqchikel. Uno de ellos, cuya capital estaba en Iximche’ (cerca del actual Tecpán Guatemala), es al que nos referimos.

Los kaqchikel del winaq de Iximche’ se aliaron con los españoles para derrotar a los k’iche’ y a otros grupos en el altiplano, en la bocacosta y en lo que hoy es El Salvador. El carácter autoritario de Alvarado y de sus huestes provocó que hacia agosto de 1524 se desatara el enfrentamiento entre ambos grupos. Este enfrentamiento está detallado en Strange Lands and Different Peoples, de Lovell, Lutz, Kramer y Swezey (2013), y duró cerca de seis años, pero se prolongó por una década más, hasta el ahorcamiento del ajposotz’il Kaji’ Imox en 1540. Este largo y complejo enfrentamiento, así como su poca comprensión cultural, contextual e histórica, es el origen de la idea de los kaqchikel como traidores y de su enfrentamiento con los españoles como una rebelión. Pero ¿qué traicionaron y frente a qué se rebelaron?

El criterio doble de «digno pero traidor» (y sus derivados) es fundamental en el racismo guatemalteco.

Para el Estado nacional guatemalteco, el origen de la legitimidad institucional, cultural y hasta religiosa surge a partir de la derrota k’iche’ en 1524, de lo español y colonial, mientras lo indígena es visto como derrotado con dignidad y sometido (véase toda la narrativa alrededor de Tekum ya en el siglo XX). Las fuentes de la época, sin embargo, dicen otra cosa. La mejor para ello es la crónica Xajil, conocida como Memorial de Sololá, en la cual se usan dos términos en kaqchikel: yujuj y lab’al, ambos con un uso específico. Yujuj se traduce como revuelta o rebelión y es utilizado únicamente cuando se refiere a algunos amaq’ o calpul rebeldes al winaq de Iximche’, en particular a los Tuquche’ en 1493, hito calendárico fundamental para el winaq de Iximche’.
El segundo, lab’al, es glosado como guerra y aparece en la crónica cuando se habla del enfrentamiento contra los k’iche’, los tz’utujil y… ¡los españoles! Para los kaqchikel, el enfrentamiento contra los españoles no fue una rebelión de un subordinado, sino una guerra entre otrora aliados, con los mismos privilegios y derechos. Esto quedó ignorado, minimizado o folclorizado en la construcción de la historiografía oficial (véase el trabajo de Rafael Castillo sobre Iximche’) porque no se habían trabajado lo suficiente las fuentes mayas y porque no convenía presentar la conquista como un proceso largo y tortuoso. Así se permitió esencializar a los k’iche’ de Q’umarkaj como derrotados dignos y a los kaqchikel de Iximche’ como traidores, mientras que a los españoles se los concebía como creadores y fundadores del orden, la tradición y la civilización. El criterio doble de digno pero traidor (y sus derivados) es fundamental en el racismo guatemalteco.

Conocer la historia con toda su complejidad nos permitirá acercarnos a los pueblos mayas con otra mirada, comprender sus dinámicas y establecer relaciones más empáticas. Este espacio al que he sido invitado en Plaza Pública, que inauguro con esta columna, busca eso a través del conocimiento y el diálogo. Bienvenidos.

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