La no noticia

En la semana que está terminando, los medios se ocuparon de la telenovela Moto, el juez con la misión de sabotear cualquier intento de poner a los corruptos en la cárcel, el juez que de su propio salario se puede pagar campañas electorales que incluyen viajes en avión, alimentación y bebidas para grupos grandes de personas, un menaje de casa para estrenar junto con su puesto en la Corte de Constitucionalidad y abogados defensores que juegan en las grandes ligas. ¡Vaya sueldo el que ha de tener! ¡No como sus colegas de judicatura! Pero en más de algo no le ha de ir tan bien, porque para desplazarse por la ciudad tiene que pedir jalón o prestar vehículos. Eso sí, no puede ser cualquier carro porque la profesión se debe llevar con dignidad.

Colegas en este y otros medios intentaron desmontar las mentiras y las medias verdades en el informe del primer año de gobierno del presidente Giammattei, así como en las explicaciones ofrecidas por este sobre el presupuesto 2021. ¿Ya se fijaron? Pareciera que al presidente le gusta hacerles bullying a los periodistas cuando lo quieren entrevistar. Es una nueva contribución a la política nacional, que tanta innovación necesita.

Durante las próximas semanas seguiremos en lo mismo. La vacuna para la covid-19, la fiscal general sacando a cada rato el pie del montículo de picheo y masajeando eternamente la pelota de beis sin lanzar nada, el Congreso como alfombra de tráfico del Ejecutivo y como sicario de la impunidad, el tanteo entre el Pacto de corruptos y el régimen del presidente Biden, el avance del complot para capturar la Corte de Constitucionalidad, el Procurador de los Derechos Humanos y la nueva CSJ, y más de alguna otra cosa que logre entretener la atención del público.

Entre tanto, olvidaremos cosas determinantes que no serán noticia. Nos seguirán presentando a Guatemala como modelo envidiado en muchas cosas, pero, cuando se trate de enfrentar nuestros más miserables fracasos, solo se dirá que son tendencias heredadas de gobiernos pasados y que esto no se puede arreglar de un día para el otro.

Las no noticias van a acabar con este país. La buena noticia es que depende de nosotros que eso suceda o no.

El infame retroceso de los magros avances en la lucha contra la desnutrición crónica viene a ser de lo más importante. No hay el más mínimo interés en cumplir con compromisos internacionales, con populistas promesas electorales ni con los cacareados e hidalgos valores sobre los que se funda la patria.

El camino a la africanización de la desnutrición aguda de madres embarazadas y de lactantes, así como de niños y niñas en sus primeros mil días de existencia, será otra no noticia.

Otra más: la desatención a más de dos millones y medio de víctimas de las tormentas Eta y Iota. Bueno, siempre que, al verse totalmente en bancarrota económica y desprovistos de lo más elemental para vivir en pobreza extrema, no decidan emigrar. De llegar a esa decisión extrema, sí que serán noticia en la sección de criminales.

Por el mismo camino va el ignominioso aumento de los abusos y de la violencia contra niñas, niños y mujeres. En un país donde las iglesitas de patio surgen como hongos en época de lluvia (solo hay que leer el Diario de Centro América para darse cuenta de la epidémica formación de grupos religiosos), la violación y el abuso psicológico resultantes en embarazos infantiles parecen competir en crecimiento. No me importa que haya más Iglesias. La libertad de culto está consagrada en la Constitución. Lo que hace hervir la sangre es que todas estas cosas sucedan en nuestras narices y que prefiramos meter la cara en una biblia o en un himnario antes que proteger a lo que debería ser sagrado para nuestra sociedad (y un elemental deber cristiano).

Las no noticias van a acabar con este país. La buena noticia es que depende de nosotros que eso suceda o no. Debemos alzar la voz, sacudir la pluma, llevar al escenario y a la pantalla, poner en grafiti, escribir en cartelones, llenar muros digitales, ¡carajo!, volver viral y tendencia lo que el sistema se esfuerza por convertir en no noticia.

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