Casi en la misma línea, yo planteo que no se trata de un retorno a formas y prácticas feudales, sino de que el feudalismo sobrevivió al colonialismo y al republicanismo y ha estado presente desde siempre gracias a diversas metamorfosis (como plantea Marta Elena Casaús con el racismo). Y por eso vivimos en el pasado, pero con una máscara moderna. Sobre el colonialismo, he entendido que feudo y enclave guardan una relación directa y de mutua articulación adaptada al presente.
Según Wikipedia, el «feudalismo es la denominación del sistema político predominante en Europa Occidental de los siglos centrales de la Edad Media y en la Europa Oriental durante la Edad Moderna, caracterizado por la descentralización del poder político, […] donde en la cúspide se encontraban el emperador o los reyes y […] donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía o independencia por una aristocracia llamada nobleza, con títulos de duques, marqueses, condes, barones, caballeros, etcétera». Todo, derivado del orden divino.
El poder local estaba constituido por enclaves de autoridad y de privilegios llamados feudos, entregados a la nobleza bajo ciertos protocolos de investidura y en usufructo vitalicio y hereditario, es decir, a los señores, que a su vez controlaban a los siervos, que trabajaban, aportaban impuestos y servían en el ejército para defender al rey y al sistema. El castillo era la materialización del poder feudal: amurallado, impenetrable para la plebe y recinto de la nobleza.
Enclave implica cercar, aislar y proteger a los miembros de este. Se erigen muros materiales y subjetivos para controlar y hacer efectivos el ejercicio del poder y la dominación. Afuera, enclaves de segundo orden, de dominación para los intermediarios y de subordinación para los pueblos, los pobres y los niños, el eslabón final de la cadena de la dominación colonial. Los enclaves actuales se han especializado: el enclave territorial, económico, tecnológico, productivo, ideológico, epistemológico, jurídico, etc. En Guatemala, el enclave hegemónico es espacio de una clase social, (oligarquía) y de una narrativa (la superioridad racial) en un país donde aquella tiene la jurisdicción, el control, la influencia y el aprovechamiento desde una realidad ajena (eurocentrismo, capitalismo global).
«Enclave» implica cercar, aislar y proteger a los miembros de este. Se erigen muros materiales y subjetivos para controlar y hacer efectivos el ejercicio del poder y la dominación.
Por ejemplo, la economía de enclave, según la misma Wikipedia, es «un modelo económico donde […] se localizan actividades productivas en países subdesarrollados destinadas a la exportación y sin integrarse en el mercado local». Se trata de «relaciones poscoloniales de dependencia en países en desarrollo». Ejemplo, el caso de la frutera de mediados del siglo pasado que exportaba todo el banano que se cultivaba en el nororiente del país, que tenía un estatuto legal propio o especial y tierras concedidas por el Estado a través de la corrupción, sin mayores beneficios para este, pero sí para los enclaves locales, y que propició el golpe de Estado que derrocó a Jacobo Arbenz Guzmán en un claro intervencionismo de Estados Unidos y violando la soberanía nacional.
La clase dominante del enclave hegemónico se asemeja a la clase nobiliaria del feudalismo: encerrada en sus castillos, endogámica y con operadores que no pertenecen al enclave, entre ellos la clase política, el ejército, las Iglesias, las instituciones publicas y el Gobierno, todos ellos intermediarios que ejercen el poder y dominan a los ciudadanos (siervos) que trabajan la tierra, tributan, sirven en el ejército como soldados, son la burocracia estatal, son los empleados de la industria y del comercio y nutren los procesos eleccionarios donde la población vota, pero no elige.
Los organismos del Estado, los ministerios, las instituciones públicas, la universidad, el Ejército, la Iglesia, la Policía, etcétera, se constituyen en feudos (enclaves de segundo orden) donde se ejerce el poder específico de cada instancia con autonomía relativa. Son feudos que se conceden a los privilegiados y permitidos por la clase dominante a cambio de fidelidad y de la garantía de proteger los intereses de las élites y de mantener este sistema de autoridad descentralizada pero dependiente del poder real que es el gran feudo racializado de la clase dominante.
Entender la lógica de los enclaves, así como sus niveles, diferencias, similitudes, autonomías relativas, articulaciones, causas comunes, etcétera, es condición necesaria para desmantelar el colonialismo.