¡Ébola qua!

Aprendiendo de lo que sucede en los países afectados, los siguientes escenarios no son descabellados.

Hay una cadena humana asociada a la epidemia.  Principia con una persona infectada contagiando a otra.  Luego están las personas encargadas de vigilar que el contagio no entre al país.  Hay que asignar personal para vigilar los casos sospechosos y los positivos.  Se necesitan bomberos  y ambulancias para transportar a los enfermos hacia los puntos de atención.  Se necesitan enfermeras y médicos para atender pacientes.  Laboratoristas para trabajar con muestras.  Personal para manejar los desechos líquidos y sólidos de los pacientes.  Personal para trasladar a los fallecidos hasta el sitio de cremación.  Personal para manejar los cadáveres.

¿Podemos estar seguros de que los hospitales públicos y privados aceptarán pacientes con síntomas de ébola?    La duda cabe.  Póngase en los zapatos de las personas a lo largo de la mencionada cadena.  ¿Arriesgaría su vida y la de sus seres queridos exponiéndose al contagio?  ¿Lo haría por el mismo salario que tiene ahora?  ¿Piensa que, en caso de tener dinero, puede comprar la atención que sus familiares infectados necesitan?  En África, las cosas se han salido de control porque los centros oficiales destinados a recibir pacientes rebalsaron su capacidad.  Ya no aceptan más pacientes.  El enfermo se queda en casa, atendido por familiares sin información y medios necesarios para atenderlo.  De esa cuenta, se contagian. 

Si usted sabe que hay personas contagiadas en la escuela de sus hijos, su oficina, su vecindario, ¿Aceptaría la cercanía?  ¿Enviaría a la escuela a sus niños, sabiendo que alguien se contagió y ha regresado diciendo que se curó?  ¿Qué laboratorios cree que recibirían sus muestras para análisis?

Por lo anterior, se necesitan varios niveles de preparación y deben desarrollarse antes de que sea tarde, antes de que la enfermedad llegue, no sobre la marcha.

El control en el aeropuerto tiene una efectividad muy baja, porque no es posible conocer dónde han estado las personas que arriban (la línea aérea podrá decir dónde iniciaron el trayecto, pero no dónde han estado durante, digamos, el último mes).  ¿Declararía usted venir de Sierra Leona, si piensa que está fuera de peligro y si antes pasó varios días en otro país, por necesidad o precaución?  Deben transcurrir entre 10 y 21 días para que la enfermedad se desarrolle.  Muchos contagiados pueden entrar antes de los plazos mencionados sin que sean ser detectados.  Si encuentran un caso en el aeropuerto, ¿van a someter a cuarentena a todos los pasajeros y tripulación, para que el virus no escape de la zona de control?

¿Tenemos abasto de equipo de protección personal?  Se necesita para empleados del aeropuerto, de Salud Pública, hospitales, bomberos y cuidadores particulares de los enfermos.  Nadie dejaría que su pequeño hijo/hija, cónyuge, madre, padre se quede sin atención.  Si es rechazado en un puesto de atención, habrá que cuidarlos en casa.

La campaña de educación pública debe principiar YA.  Los protocolos de manejo (detección, casos sospechosos, casos positivos) deben ser del conocimiento general.  Los informes sobre capacidad de encamamiento, personal disponible (en términos reales, no en planilla), disponibilidad de laboratorios y un largo etcétera deben publicarse YA.  Hay que formar grupos de trabajo con todos los sectores públicos y privados de la cadena humana.  Abastecerse de medicamentos, preparar servicios de ayuda sico-social para el personal de atención, la familia de los afectados, los pacientes recuperados que portarán un estigma (¿serán despedidos de sus trabajos?, ¿sufrirán acoso de algún tipo?,  ¿qué protección recibirán?

Hasta el sistema legal debe prepararse.  ¿Puedo demandar a un hospital público o privado, al IGSS, a un médico colegiado, si se me niega la atención?, ¿sería caso civil o penal?, ¿cuáles son mis derechos como paciente?

Se invita a que los especialistas contribuyan sugerencias en la sección de comentarios.  Este artículo no es para despertar pánico, únicamente busca señalar puntos críticos para el éxito o fracaso en caso la epidemia llegue a Guatemala.  Por un momento, dejemos de difundir por las redes sociales teorías conspirativas, para preocuparnos por nuestro propio caso, nuestra propia familia.  Estar educados y preparados es lo mejor que podemos hacer en estos momentos.  Trabajemos en comunidad, informémonos, tengamos nuestro propio plan familiar, porque todo el sistema público y privado de salud podría no ser suficiente, aunque se preparen todos los planes necesarios, lo que, al momento, no se ha visto aún.

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