Concientemente antidemocráticos

Si bien la productividad legislativa no debe ser medida por el número de leyes que se aprueben, el que no haya existido una efectiva vida parlamentaria, con debates y cuestionamientos al grupo gobernante, así como la discusión de los temas de la coyuntura que repercuten en el futuro del país, muestra que la práctica parlamentaria real ha brillado por su ausencia, siendo indispensables para que la democracia pueda al menos despuntar.

La desgastada e infecunda interpelación al Ministro de Cultura resulta ya, a estas alturas, la más clara evidencia de que entre pseudo patriotistas y autoimaginados líderes hay un acuerdo por destruir las instituciones políticas que puedan conducir en el mediano plazo a que la democracia se establezca en el país. Rápidamente ha quedado al desnudo su autoritarismo y populismo clientelar, demostrando que la democracia no es una práctica que conozcan, mucho menos que les incumba.

Su negación a que el Congreso funcione ha permitido que el sultanato Péres-Baldetti se consolide, con todos los problemas que para el desarrollo de las instituciones del Estado tiene y puede llegar a tener. La soberbia y deplantes autoritarios de quienes controlas ambas empresas electorales deja al descubierto que más alla de sus incoherentes discursos de supuesta búsqueda del bien público, lo que efectivamente les interesa es promover la apropiación ilícita de los bienes del Estado, para lo que el accionar independiente y sólido del Congreso resulta un serio obstáculo, tal y como desde su soledad algunas veces en el pasado lo demostró Nineth Montenegro y ahora otros diputados más independientes.

El Ministro de Cultura, como en su momento lo patentizó el de Finanzas, más que rehén de una bancada es comparsa de ese maquiavélico juego programado para entorpecer el funcionamiento del Congreso. Porque si efectivamente les interesara el accionar de las instituciones y el enfrentamiento entre los grupos fuese real, la renuncia efectiva desentramparía una crisis ya a en este momento evidentemente falsa y pactada.

Llama fuertemente la atención, además, que tanto el grupo de presión de la oligarquía (CACIF) como sus más conspicuos voceros (editorialistas y columnistas autonombrados de libertarios) en este caso hagan un completo mutis, demostrando que sus supuestos alfiles –como el caso del actual Presidente del Congreso- no pasan de simple peones interesados en sacar los mayores dividendos personales posibles a su función, siendo abiertamente complices de esa obstrucción.

Con ello, una vez más el sindicato empresarial, sus voceros y cajas de resonancia demuestran que la democracia no es parte de su léxico cotidiano, y si algunas veces la pronuncian lo hacen por demagogia y sin entender su significado. Más bien con sus actos y opiniones hacen palpable su profunda vocación antidemocrática.

Largo y empinado camino tienen, así, las fuerzas sociales efectivamente democráticas, que aunque cada vez más amplias y variadas, tienen escasos recursos para desarrollar el debate y profundizar sus prácticas, pues las derechas autoritarias y demagógicas que han controlado por décadas el poder público, aunque minoritarias, estrechan y fortalecen sus tentáculos cada vez más.

Uno quisiera imaginar que en CREO y TODOS podría estar emergiendo una derecha de efectiva vocación democrática, sin embargo, viendo su lentitud y silencio muchas veces complice con lo que sucede, las expectativas se vuelven escasas, como escasas resultan cuando se ve a las iglesias, universidades y sistema escolar en su conjunto, perdidos en la defensa de las ideas y visiones del fascismo de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

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